Robar a los muertos
El 10 de enero de este año falleció mi padre y lo enterramos en el cementerio de la Almudena, en el cuartel 287 bis. Después de varios ramos de flores, en marzo le llevé unas plantas que costaban entre 1,5 y 2 euros. Crecieron de manera espectacular y se pusieron grandes y con un color especial. Para mi desdicha, el día 12 de agosto, al ir a regarlas, las habían robado. ¿Dónde vamos a parar? ¡Si sólo valían dos euros! ¿No le dará vergüenza al ladrón miserable salir de un cementerio con plantas robadas a un muerto.
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