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La sorprendente victoria de la seda y los modestos

Sorpresón en la fiesta mayor de Gràcia: fallaron todas las apuestas. La calle de Joan Blanques, entre las de Congost y Encarnació, obtuvo el primer premio del tradicional concurso de adornos callejeros. Bajo el título Déjate seducir, su decorado reproduce un paisaje de ensueño con un aluvión de sedas. Los ganadores dedicaron el galardón a un miembro de su junta vecinal fallecido este año. Tras las ediciones de 1998 y 2003, es la tercera vez que su travesía recibe el máximo reconocimiento del jurado. En segundo lugar se situó la calle de Tordera, engalanada con una inmensa sardina, cuya espina también fue distinguida en la categoría del mejor detalle artístico. Los insectos de la calle de Mozart alcanzaron un honroso tercer puesto. El veredicto del jurado fue totalmente inesperado: los dos tramos guarnecidos de la calle de Verdi partían como claros favoritos.

La calle de Verdi de Dalt -que recrea un naufragio pirata bautizado popularmente en Gràcia como el tsunami- y la de Verdi del Mig -que acoge un espectacular decorado protagonizado por gigantescos vampiros- tuvieron que conformarse con el quinto y el cuarto premio, respectivamente. Sus juntas vecinales demostraron, además, muy mal perder al recibir el veredicto del jurado con gritos de "tongo" por considerarlo injusto. Están acostumbrados a copar todos los años las primeras posiciones. Estas quejas supusieron la única nota discordante de una larga y festiva ceremonia, que se celebró finalmente en la carpa de la plaza del Sol por el temor a la lluvia. Al acto asistieron políticos y autoridades locales, encabezados por el alcalde de Barcelona, Joan Clos. El representante del Partido Popular, Jordi Cornet, fue abucheado por el público.

El esperado anuncio del ganador se hizo esperar, porque con anterioridad se entregaron los galardones a los balcones engalanados, cuyo primer premio recayó en el número 60 de la calle de Milà i Fontanals. El acto tuvo que interrumpirse brevemente porque los participantes de esta categoría distinguidos con un accésit recibieron un trofeo que no era para ellos y que finalmente tuvieron que devolver entre las carcajadas de los asistentes. "No os enfadéis con el jurado", avisó al inicio del acto el presidente de la Federación de la Fiesta Mayor, Albert Torres, quien concluye su mandato el próximo año. Sus palabras fueron premonitorias.

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