Atxaga y Armendáriz analizan cómo convertir en película los 26 relatos de 'Obabakoak'
"Es igual que cuando un poema se convierte en canción; es un cambio de universo", explicó ayer el escritor Bernardo Atxaga (Asteasu, 1951) al referirse a la adaptación de su obra Obabakoak (1988) al cine. La película Obaba es el último trabajo del director Montxo Armendáriz (Olleta, 1949), que inaugurará el 15 de septiembre el 53º Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Ambos autores charlaron ayer sobre el proceso de adaptación de la novela al cine en el curso La imprenta dinámica: literatura y cine español en el cambio de siglo, organizado por la UIMP.
"La novela estaba escrita y le pertenece a él", explicó Armendáriz. "Hemos hecho una película que partía del espíritu y de la narrativa de los relatos de la novela, pero que pertenece a otro mundo". El director de Secretos del corazón (1996) aludió a la generosidad de Atxaga por no haber intervenido en ningún proceso del rodaje, pese a los cambios sustanciales en el guión. "Es mejor terminar con las ideas poéticas cuando uno cree que puede empezar a repetirse", apuntó Atxaga, quien reconoció que el público que acuda al cine será distinto al que leyó el libro.
"El mayor problema conceptual de la película era cómo darle una apertura y después cómo cerrarla", indicó Atxaga. El escritor guipuzcoano aseguró que "hay mucho funambulismo en la película", para explicar la habilidad con la que se conjugan los 26 relatos que componen la novela y la pericia con la que se proporciona un cierre con "armonía". A juicio del cineasta vasco, los relatos del libro de Atxaga guardan una uniformidad. "En todos se hablaba de la condición humana, de la soledad, de la identidad personal y social", eso es lo que intentó mantener al construir la película. Para ello crea un personaje de una chica que estudia audiovisual que acude a Obaba para hacer una práctica. Es una forma de aprovechar la creación literaria, presente en la novela de Atxaga, y traspasarla a la película en forma de creación cinematográfica. Atxaga anunció que está trabajando en una obra, 12 casas en Francia, en la que repesca "cosas que escribía pero no publicaba en mi juventud". Es una obra que tiene que ver con el humor negro. "Es un mundo más oscuro y turbio que el de Obabakoak". El autor vasco explicó que los temas de una obra dependen del personaje en quien el escritor esté pensando. "Ahora estoy pensando en gente que era de mi misma generación y se hizo hinduista". Atxaga describió el proceso de escribir como "la aspiración del espíritu y de las biografías de los amigos", y en función del amigo en el que se inspire, se escribe de una forma u otra.
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