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Reportaje:PLAN DE BARRIOS | Poble Sec, de Barcelona

Una ayuda bienvenida pero polémica

Poble Sec celebra su rehabilitación pero echa en falta programas sociales y critica la inversión en un controvertido parque

Clara Blanchar

Edificios que urge rehabilitar, una población envejecida y un porcentaje de inmigrantes que ha alcanzado el 25% del vecindario en sólo cinco años. Son los principales retos que afronta el Poble Sec, el barrio barcelonés que se extiende entre Montjuïc y la avenida del Paral.lel y que recibirá la ayuda de la segunda convocatoria de la Ley de Barrios de la Generalitat. Son realidades que el Poble Sec comparte con los otros 16 barrios que recibirán dinero para proyectos de mejora.

Pero hay una diferencia que llama la atención: la adjudicación ha sido recibida con polémica entre los vecinos. Sea en tono moderado o en forma de crítica sin matices, vecinos a título individual y entidades ven el proyecto que presentó el Ayuntamiento a la Generalitat con un inusual recelo.

"La zona está deteriorada, pero lo más deteriorado es su alma", dice un vecino
Los retos son la rehabilitación, la población envejecida y gestionar la inmigración

La razón está en la desproporción, a su juicio, que hay entre las partidas destinadas a programas sociales y las que se dedicarán a mejorar espacios urbanos y zonas verdes. Este último capítulo copa 10 de los 17 millones de euros del plan; en cambio, la suma de los programas para la mejora social, urbanística y económica, y la partida destinada a equipamientos es de poco más de tres millones.

El resto de las inversiones se destinarán a la rehabilitación de edificios (1,4 millones), fomento de la eficiencia energética (324.000 euros), incorporación de tecnologías de la información en los edificios (123.000 euros), supresión de barreras arquitectónicas (1,6 millones) y un capítulo que lleva por título Equidad de género en el uso del espacio urbano y los equipamientos (282.000 euros). Fuentes del Ayuntamiento conocedoras del plan destacan, sin embargo, que aunque está dividido por capítulos la filosofía de fondo es la interacción. Defienden, por ejemplo, que la rehabilitación y la supresión de barreras también contribuyen a la mejora del tejido social.

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Las críticas más duras al anuncio de las inversiones provienen de la Unión de Asociaciones de Vecinos, que agrupa a las asociaciones de los barrios de La Satalia, La França Xica, Hortes de Sant Bertran y Poble Sec. La principal objeción que la junta de la Unión hace al plan se refiere a la intención de invertir en el parque de la Primavera. Se trata de una zona que se urbanizará encima de lo que el Ayuntamiento denomina parque de la Limpieza, una central de recogida soterrada que a diario agrupará parte de la basura que genera Ciutat Vella y el propio Poble Sec para llevarla después a una planta de tratamiento. Un equipamiento de los que nadie quiere cerca de casa y contra el que los vecinos del Poble Sec acumulan más de un año de protestas, con cortes de tráfico en el Paral.lel y cartas a los Síndics de Greuges de todas las administraciones solicitando otra ubicación.

"La Ley de Barrios servirá para acabar el parque, un proyecto que los vecinos rechazamos", manifiesta Miquel Carrillo, miembro de la junta de la Unió. Fuentes del Ayuntamiento aseguran que no se destinará "ni un duro" de las ayudas de la Generalitat al parque de la Limpieza, "sino a la urbanización de su exterior". Pero ni esta afirmación convence a las asociaciones: "Para urbanizar la superficie hay que acabar la parte de abajo, la central de recogida", argumentan.

El tono que emplea la coordinadora de Entidades del Poble Sec es más positivo, pero muestra recelo hacia la previsión de invertir en el controvertido equipamiento. "No sabemos con exactitud si el dinero previsto para la central de recogida está en las ayudas de la Ley de Barrios o ya estaba previsto", cuestiona la secretaria de la Coordinadora, Mercè Andrés.

La representante de las entidades tampoco ve con muy buenos ojos las partidas destinadas a programas sociales. "Aparentemente son pequeñas", opina, aunque espera que "todo el proyecto se pueda modificar durante el proceso de participación que el Ayuntamiento comenzará después de las vacaciones".

En teoría, este proceso de participación servirá para dar concreción y decidir, por ejemplo, sobre qué equipamientos se interviene, dónde se suprimirán las barreras arquitectónicas, en qué edificios se instalarán ascensores o en qué consistirán los programas sociales.

Cualquiera que sea el vecino del Poble Sec al que se pregunte coincide en que la prioridad deben ser los programas y equipamientos sociales. "Todo lo que tenga que ver con la lucha contra la exclusión y los conflictos ligados a la llegada masiva de población inmigrada es vital", afirma una trabajadora de los servicios sociales. "Los recursos sociales deberían ser proporcionales al porcentaje de inmigrantes", afirma, y asegura que los guetos, por nacionalidades y zonas, ya comienzan a ser una realidad. Tras más de 40 años detrás del mostrador de su colmado en la calle de Blesa, Miguel Espada ha visto la evolución del barrio y está convencido de que "un día petará". "Los principales problemas son de seguridad y convivencia", dice.

De forma muy gráfica, Enric Royo, perteneciente a la Unión de Asociaciones de Vecinos, lamenta: "El barrio está deteriorado, por antiguo, pero lo que más se ha deteriorado es el alma". La sensación en el Poble Sec es de que siempre ha sido un cul de sac. "Estamos encerrados entre la Fira, Montjuïc, el Paral.lel y el puerto. Nuestras salidas naturales son Ciutat Vella y el Eixample, y en cambio pertenecemos al distrito de Sants. No tenemos mercado. Para ir al médico hay que desplazarse hasta Manso. Toda esta indefinición histórica ya es muy indicativa de la situación", argumenta el colega de Royo en la Unió, Miquel Carrillo.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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