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El piloto no tuvo tiempo para una maniobra de emergencia

Francesco Manetto

"Si se produce un fallo en el sistema de presurización, los pilotos tienen que hacer una maniobra de emergencia y bajar hasta los 3.000 metros, donde la presión es más alta", explica Andoni Nieto, presidente del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA). Se trata de una maniobra que los pilotos suelen ensayar por lo menos dos veces al año en el simulador de vuelo. En estos casos, "lo primero que tiene que hacer el comandante es ponerse la máscara de oxígeno y luego bajar", agrega Nieto. El comandante del Boeing 737, que se estrelló el domingo pasado en Atenas, no tuvo tiempo de hacerlo.

Los 121 ocupantes del avión murieron asfixiados por falta de oxígeno en la cabina, según apuntaban ayer las primeras investigaciones. Los cuerpos de las víctimas, además, se congelaron antes de que el avión se estrellara contra el monte.

Todo ocurrió, al parecer, a causa de un problema en el sistema de presurización y de refrigeración cuando el aparato volaba a 10.000 metros de altura, donde la presión atmosférica es muy baja y la temperatura es de 50 grados centígrados bajo cero. Entre los 3.000 y 4.000 metros de altitud los aviones suelen empezar a regular la presión externa llenando progresivamente, conforme suben, la cabina con aire caliente.

En opinión de los expertos es llamativo el hecho de que a raíz de la avería del Boeing 737 murieran antes los tripulantes que los pasajeros, lo que por otro lado parecía ayer confirmarse por las investigaciones.

Falta de oxígeno

Cuando se presenta un problema en el sistema de presurización, "la diferencia entre presión interna y externa hace que el aire salga hacia el exterior del aparato, lo que genera falta de oxígeno", explica el comandante español José Luis Piqueras. Además, conforme va aumentando la altitud a la que viaja un avión, disminuye proporcionalmente la cantidad de oxígeno en la atmósfera.

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Para resolver estos fallos las aeronaves utilizan un sistema de alimentación de emergencia que proporciona oxígeno tanto a la cabina de mando como a la de pasajeros. Se trata de un mismo sistema que dispensa oxígeno a partir de dos depósitos diferentes. "Lo que pasa es que el oxígeno dura un tiempo y después se acaba", añade Piqueras.

Una de las hipótesis que barajaban ayer las autoridades griegas y chipriotas apuntaba a que el sistema de oxígeno en la cabina de los tripulantes del Boeing siniestrado fallara antes del sistema de alimentación en la cabina de pasajeros. Los otros ocupantes morirían después, uno a uno, asfixiados y congelados.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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