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El presidente iraní forma un Gobierno de conservadores moderados y ultras

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, sometió ayer a la aprobación del Parlamento la composición de su Gobierno, en el que los ultras acceden a las carteras "políticas" y los conservadores moderados a los ministerios estratégicos. Cada ministro deberá obtener el voto de una mayoría simple del Legislativo (290 escaños) para ser confirmado.

El presidente, que prometió que para los nombramientos sólo tomaría en consideración la cualificación de los candidatos, ha escogido nuevas caras, gente más joven, rompiendo con la tendencia de las presidencias de Akbar Hachemi Rafsanyani y Mohamed Jatamí, cuyos Gabinetes tenían una edad media de más de 60 años.

El Gobierno de Ahmadineyad no incorpora a ninguna mujer, la edad media de los ministros es de 48 años y muy pocos de ellos tienen alguna experiencia ministerial. El analista Said Leylaz comentó ayer que se trata de "una coalición de diferentes corrientes de la derecha", y tanto los duros como los moderados obtienen su parcela.

Las carteras económicas, en particular la de Petróleo y Exteriores, quedan en manos de los moderados. Irán es el segundo país exportador de crudo de la OPEP, y en un momento en que el precio del barril bate todos los récords, Ahmadineyad propone al frente de ese ministerio a un desconocido: Alí Saedlu, que hasta ahora ostentaba la alcaldía interina de Teherán. Saedlu tendrá que hacer frente a la dura tarea de velar por el incremento de la capacidad petrolera del país y participar en la decisión estratégica de abrirlo a las compañías extranjeras.

Otro conservador moderado, Manuchehr Mottaki, es propuesto para asumir la cartera de Asuntos Exteriores, en un momento en que Irán está bajo presión internacional por la reanudación de sus planes nucleares en la planta de Isfahan. Mottaki fue embajador en Japón y Turquía y es miembro de la Comisión de Exteriores del Parlamento.

Los duros

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Ahmadineyad prometió, tras su acceso a la presidencia, un "Gobierno moderado" y la formación de una "sociedad islámica ejemplar, desarrollada y poderosa", señalando como su prioridad la defensa del islam, la justicia y la lucha contra el paro.

Los duros o ultras obtienen los puestos más políticos. Un ex viceministro de los servicios secretos, el religioso Mustafá Purmohamadi, es propuesto para el Ministerio del Interior, y otro religioso, Gholamhosein Mohseni-Ejeie, estará al frente de la cartera responsable de los servicios secretos. Éste trabajó durante mucho tiempo en ese ministerio antes de desempeñar la presidencia del tribunal especial del clero.

La selección de Mohamad Hosein Safar-Harandi para el Ministerio de Cultura y Orientación Islámica puede llevar a pensar en un endurecimiento de la situación después del aperturismo en los años de Jatamí.

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