A los alcaldes que de Calp han sido
A todos vosotros os dedico esta nota para que veáis reflejados vuestros crímenes ecológicos. No os alarméis, habéis cumplido la legislación vigente, sancionada por vosotros mismos. Pero también sois conocedores de que lo legal, justo, moral y ético, no siempre van unidos. Es posible que en un gesto de ingenuidad y de sorpresa, os preguntéis, en qué ha consistido vuestro continuado delito ecológico. Pues las fotografías hablan por sí solas. Desde el casco viejo del pueblo hasta el Parque Natural del Peñón de Ifach, habéis erigido un monumento a la especulación del más genuino estilo franquista. Esta anarquía urbanística muy lucrativa para los caciques de siempre, ha asfixiado huertos, cultivos, casas pequeñas y todo el litoral. Habéis querido epatar al vecino Benidorm y las víctimas de las arcas de los especuladores han sido los vecinos de Calp y, sobre todo, la naturaleza. Es lamentable la ausencia total de un plan de desarrollo turístico sostenible. Es fácil constatar el caos urbanístico, la escasez de aparcamientos y la ausencia de toda estética. Os ruego que contempléis las imágenes donde se encuentra atrapado el Parque Nacional Las Salinas. Antes de que se instalaran las primeras grúas, ya existían estas zonas húmedas, rodeadas de vegetación y parada de diversas aves; formando un conjunto natural con la playa La Fossa Levante. Ahora, aisladas Las Salinas, se están asfixiando. De este atropello hemos sido testigos los turistas que hemos elegido Calp para nuestras vacaciones a pesar de tanto asalto a la ecología.
Otra prueba de la poca vocación ecológica del consistorio está en la construcción del Paseo Príncipe de Asturias, asaltando el hábitat de las aves y forzando el acceso a los pies del Peñón de Ifach, que siempre habían sido lamidos por las olas del mar. Creando, además, una playa de piedras artificial.
Aquel pueblo en la ladera de la colina, cuya actividad agrícola y pesquera se extendía hasta el Peñón de Ifach, símbolo de la Costa Blanca, cobijando el puerto pesquero y de recreo, ha desaparecido.
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