El PIB de la eurozona aumentó sólo un 1,2% en el segundo trimestre, aunque tiende a la recuperación

El lento despegue de la economía de los 12 países de la eurozona perdió fuelle en el segundo trimestre del año al crecer sólo el 0,3% con respecto al periodo enero-marzo y colocarse en una tasa interanual del 1,2%.

No obstante, el bajón lleva camino de recuperarse en el trimestre veraniego. Según previsiones de la Comisión Europea, la economía de la zona euro se dinamizará aún más en el último trimestre del año, con previsiones de crecimiento trimestral para entonces de entre el 0,4% y el 0,8%, las más altas registradas desde el año 2000.

La Comisión Europea apuntó que la economía de la zona euro está dando muestras de recuperación en lo que va de verano, por lo que pronostica un crecimiento que rondará el 0,4% en el periodo. La actividad ganará fuerza conforme avance el año, y en el cuarto trimestre, el producto interior bruto (PIB) de la eurozona crecerá en una horquilla del 0,4%-0,8%. "Son las tasas más altas desde finales del año 2000", subrayó ayer un portavoz de la Comisión.

El boletín mensual del Banco Central Europeo avaló las tendencias apuntadas por el Ejecutivo al señalar que la economía crecerá a un ritmo progresivo y sostenido tras la mejora que apuntan los indicadores.

A la economía de la eurozona le ha favorecido la pérdida de valor de la moneda única frente al dólar (un 8% en lo que va de año) y la evolución de la economía internacional, que ha tirado de las exportaciones, en particular desde las dinámicas economías de China y Estados Unidos.

La estadounidense sigue creciendo a una tasa anual que más que dobla a la UE. Al optimismo europeo sobre el inmediato futuro contribuyen los buenos resultados y previsiones de las empresas y la expansión bursátil. En el debe destaca el riesgo que supone el continuo crecimiento del precio del petróleo, que se ha disparado casi un 50% este año. Con independencia de sus efectos macroeconómicos y sobre el empleo, la carestía del crudo afectará a las economías domésticas y al consumo, que ahora contribuyen de forma destacada al dinamismo económico.

La Comisión debe hacer, a la vuelta del verano, ajustes en las previsiones sobre el PIB, que en primavera dijo que crecería en 2005 a una tasa del 1,6% anual. Hace unos días, el Fondo Monetario Internacional rebajó esa modesta cifra hasta el 1,3%.