Puntos de dolor
Con la desagradable noticia de la muerte de Juan Martínez Galdeano en la casa cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería), algunos hemos entrado en contacto con la jerga empleada por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para referirse a algo tan deleznable como la violencia. Nuestra sociedad no ha logrado erradicar totalmente esta práctica en la resolución de algunos conflictos, y a lo máximo que ha llegado es a justificarla sólo como un monopolio del Estado.
Lo más llamativo es que, como se desprende de la terminología empleada, hay una especie de teoría o estudio acerca de cómo usar la violencia legítimamente sin llegar a producir daños irreversibles o incluso la muerte.
Términos como "inmovilizar con puntos de presión", "dar puntazos reglamentarios" o "poner puntos de dolor" nos llevan a pensar que esto es así. ¿Hasta dónde llegan estos supuestos estudios sobre cómo aplicar la violencia sin que resulte mortal? Resulta difícil imaginar a algún especialista en la anatomía humana teorizando sobre este asunto. En cualquier caso vuelve a mi memoria el artículo de Javier Marías publicado en El País Semanal acerca del lenguaje y los eufemismos. En este como en otros muchos casos, los términos comúnmente empleados resultan inaceptables para cualquier sensibilidad frente a otros más "políticamente correctos" como "puntos de dolor".
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