Comienza el desmontaje de las cuatro grandes grúas utilizadas en la demolición del rascacielos Windsor

Las cuatro grandes grúas que han sido utilizadas para demoler en menos de seis meses los restos del edificio Windsor tras el incendió que lo devastó la noche del pasado 12 de febrero han comenzado a ser desmontadas. Es probable que estas grandes máquinas desaparezcan del pasaje urbano a mediados de la próxima semana, según explicó Roberto López, de la empresa Grúas Peninsular, a Europa Press.

Durante la noche de ayer, los operarios de la empresa de grúas comenzaron el desmontaje de las mismas, de alrededor de 140 metros de altura y de entre 300 y 500 toneladas de peso. El proceso varía en función del tipo de grúa. Así, en las grúas de cadena, "se comienza bajando la celosía, para después quitar los distintos tramos y colocar todo en la base", según López.

En el caso de las grúas hidráulicas, "se desmontan los plumines abatibles y la grúa desciende por su propio mecanismo", añadió. Para el traslado de las pesadas estructuras, Grúas Peninsular utilizará tráileres y góndolas de transporte especial, debido a las dimensiones del material a transportar.

Después de terminar el desmontaje, el siguiente paso será acondicionar el tramo de la calle de Raimundo Fernández Villaverde que se ha visto afectado, tras lo que se reabrirá al tráfico, a finales de mes, el paso elevado que discurre hasta la plaza de la República Argentina.

La calle de Raimundo Fernández Villaverde donde fueron colocadas las grúas a finales de febrero, será previsiblemente abierta al tráfico el próximo 31 de agosto, como ha anunciado la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez. Ese día, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, tiene previsto presidir el acto que dará por terminada la ejecución sustitutoria por el Ayuntamiento de las obras de demolición.

La reapertura al tráfico de Raimundo Fernández Villaverde permitirá aprovechar el túnel que sustituyó al paso elevado de la glorieta de Cuatro Caminos y que fue inaugurado el 2 de marzo pasado, pero cuya utilidad quedó muy limitada por los cortes de tráfico causados por la demolición del Windsor.