Rumsfeld acusa a Irán de permitir la entrada de explosivos en Irak
El secretario de Defensa de EE UU dice que esas armas serán un problema para Teherán
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, recriminó ayer a Irán por no impedir el tráfico fronterizo de explosivos hacia su vecino Irak, y señaló que el hecho de que esas armas vayan a parar a manos de la insurgencia iraquí acabará siendo un problema para Teherán. En suelo iraquí, una oleada de nuevos atentados mató al menos a 26 personas, mientras los dirigentes políticos reanudaban las discusiones sobre la futura Constitución.
La noticia de la presencia de armas de fabricación iraní en Irak había sido adelantada hace tres días por el diario The New York Times, que citaba a fuentes militares estadounidenses. Se trata, decía el periódico, de bombas muy sofisticadas, especialmente diseñadas para atacar a los vehículos blindados.
Rumsfeld no entró ayer en detalles, pero aseguró que varias armas incautadas a la insurgencia iraquí procedían "inequívocamente" de Irán. Lo que no estaba claro, añadió, es quiénes son los responsables de esos envíos. Fuentes militares citadas por The New York Times habían descartado la implicación del Gobierno iraní, que tiene en los nuevos responsables políticos de Irak, de la mayoritaria facción chií, a sus mejores aliados.
"Lo que sí se sabe es que los iraníes no impiden la entrada [del armamento]", dijo Rumsfeld, y eso "no va ser de gran ayuda a Irán". "Las armas", prosiguió, "son un problema para el Gobierno iraquí, para las fuerzas de la coalición, para la comunidad internacional y, en última instancia, para Irán".
El rearme de los grupos de insurgencia ha quedado en evidencia por la renovada y virulenta ofensiva contra fuerzas militares estadounidenses e iraquíes, que el jefe del Pentágono vinculó con la proximidad del plazo fijado para la presentación del borrador de la nueva Constitución. El texto, que debería ser sometido al Parlamento el próximo día 15, "podría convertirse en una de las armas más poderosas contra los terroristas", de ahí que traten de frenar el proceso de normalización política "con el terror y la intimidación".
Precisamente ayer, los representantes de todos los grupos políticos iraquíes (chiíes, suníes y kurdos) reanudaron las discusiones sobre el borrador, apremiados para hallar una solución política de compromiso para cumplir con los plazos fijados en el calendario de la transición política. Las discrepancias son todavía agudas en cuestiones como la división del Estado, el reparto de los ricos yacimientos petrolíferos y el papel del islam. El texto, una vez aprobado por el Parlamento, será sometido a referéndum, en principio a mediados de octubre, antes de las elecciones legislativas en diciembre.
Estados Unidos anunció ayer la posibilidad de aumentar sus tropas para neutralizar el previsible aumento de la violencia durante esas fechas.
Atentados en Bagdad
Mientras tanto, Bagdad, la capital de Irak, se vio ayer golpeada de nuevo por múltiples atentados, que dejaron al menos 16 muertos. Otras 10 personas perdieron la vida en otras partes del país. De las 26 víctimas, dos son soldados estadounidenses, con lo que la cifra total de muertos de las fuerzas de Estados Unidos en Irak desde el comienzo de la guerra se eleva a 1.835.
En Bagdad, concretamente, diez policías fueron asesinados a tiros en cinco ataques diferentes, cuatro de ellos cuando patrullaban en una de las principales carreteras al este de la capital, según informó el Ministerio del Interior. Uno de los peores atentados causó la muerte de tres civiles y de un soldado estadounidense cuando un terrorista suicida hizo estallar un coche al paso de un convoy militar de EE UU en una zona concurrida del centro de Bagdad, donde suele haber mucha gente haciendo cola para tomar el autobús. El ataque ocasionó también 91 heridos y daños importantes en vehículos civiles y militares.
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