Bush confía en que Teherán vuelva a la mesa de diálogo
El presidente de EE UU, George W. Bush, declaró ayer que tenía profundas sospechas sobre las ambiciones nucleares de Irán, pero que veía una disposición a la negociación del nuevo presidente, Mahmud Ahmadineyad. "Se me ha informado de que el nuevo mandatario iraní está dispuesto a volver a la mesa de negociaciones", dijo Bush. El presidente estadounidense manifestó que si Irán no coopera, será una "consecuencia" más que probable que existan sanciones de Naciones Unidas.
Para Bush, Teherán "ha recibido el mensaje" de que no sólo EE UU está preocupado por su programa nuclear. Es importante, según Bush, que Irán entienda que EE UU está comprometido con la tríada europea (Alemania, Reino Unido y Francia) que negocia con Teherán. Y que Washington trabajará con ellos si "Irán ignora las demandas internacionales". "Trabajaremos junto a nuestros amigos en buscar caminos para negociar con los iraníes si deciden ignorar las demandas del mundo", prosiguió Bush.
Los ministros de Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, y el de Francia, Philippe Douste-Blazy, expresaron ayer, por su parte, su convencimiento de que la solución negociada con Irán es posible y confiaron en la capacidad de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica para lograr que Irán interrumpa sus actividades nucleares, informa Mikel Ormazabal. Tras el almuerzo informal que ambos mantuvieron ayer en la localidad vasco-francesa de Biarritz, manifestaron que el equipo negociador que representa a la UE sigue con la "mano tendida" y está dispuesto a buscar "hasta el último minuto" una solución consensuada.
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