Económico y deportivo
El nuevo Swift es un coche llamativo con una imagen diferente a todos los demás utilitarios. No tiene un diseño rompedor, pero aporta un estilo moderno que transmite robustez. Las puertas altas y grandes facilitan el acceso, y la posición adelantada del parabrisas da sensación de desahogo por dentro y hace que parezca más amplio de lo que es. Además cuenta con unos asientos cómodos que sujetan bien y unas medidas exteriores más compactas que otros utilitarios para aparcar mejor en ciudad.
Un turbodiésel sorprendente
El nuevo Suzuki monta el motor 1.3 16v. turbodiésel de Fiat que comparten también los Panda, Punto, Corsa..., gracias a la alianza que mantenían hasta hace poco General Motors y la marca italiana. A pesar de su escasa cilindrada, 1.250cc, rinde 69 CV, y con la ayuda de un cambio de cinco marchas bien escalonado, ofrece unas prestaciones meritorias y correctas para este coche. Además está bien aislado y se oye muy poco.
Es un propulsor muy eficiente y apropiado para el tráfico urbano porque acelera con brío en las marchas cortas y se mueve con alegría en ciudad, aunque también le falta algo de fuerza y elasticidad por debajo de 1.700 revoluciones. En carretera se defiende con soltura, mueve el peso sin gran esfuerzo y puede mantener ritmos de crucero aceptables. Así, sólo acusa las subidas cuando se viaja a plena carga, aunque también se echa de menos más nervio al adelantar, sobre todo en las marchas largas. Pero lo mejor es, sin duda, su austeridad en el consumo, porque gasta realmente poco: apenas pasa de cinco litros en conducción suave y se mantiene alrededor de siete en ciudad, con mucha carga y cuando se estiran las marchas.
Buenas suspensiones
Aparte de su economía de uso, la otra gran baza del Swift es el equilibrio de las suspensiones, que se traduce en un buen comportamiento dinámico. A pesar de sus recortadas dimensiones tiene bastante aplomo en trazados rápidos y autopistas, y cuenta con una dirección rápida y precisa que permite disfrutar al volante.
Ágil también en zonas viradas, obedece al volante con docilidad y balancea lo justo en las curvas transmitiendo una agradable sensación de control y seguridad. Y aunque las suspensiones tienen unos recorridos ajustados que buscan más la deportividad que el confort, no es incómodo y absorbe bien las irregularidades sin molestar a los ocupantes. En cambio, se echa en falta una mejor insonorización aerodinámica y de rodadura.
Los frenos con ABS llevan unos anticuados tambores en el eje trasero, pero cumplen bien sin desfallecer, incluso cuando se les exige. El conjunto ofrece una conducción fácil, relajada y segura en la que sólo desentona la ausencia del control de estabilidad ESP, un elemento de seguridad importante que no se ofrece ni siquiera como opción.
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