Gamesa pone en venta su filial aeronáutica por 140 millones
La empresa espera las primeras ofertas para el 15 de septiembre
Gamesa ha puesto a la venta la división que nació como estrella del grupo: la aeronáutica. La compañía que controlan la Corporación IBV (BBVA e Iberdrola) y Nefinsa (la familia Serratosa) ha encargado a BBVA Corporate Finance que actúe de asesor financiero en la operación. Gamesa aspira a obtener unos 140 millones por su negocio aeronáutico, que empezaba a levantar cabeza tras encajar el impacto de los atentados del 11-S. El 15 de septiembre es la fecha para presentar las ofertas no vinculantes.
Alfonso Basagoiti, presidente de Gamesa, había dado ya algunas pistas sobre su intención de priorizar el negocio eólico del grupo y de buscar un socio que absorbiera el aeronáutico, para ganar tamaño y afrontar las abultadas inversiones necesarias para acometer los grandes contratos internacionales de este sector.
La disposición a inyectar recursos que garanticen el futuro de las plantas de Gamesa Aeronáutica es, junto con la asunción de la deuda de esta sociedad (288 millones), uno de los condicionantes del precio, según fuentes del sector.
Todavía no está claro quiénes están dispuestos a presentar una oferta. En la industria aeronáutica, que en España remontó sus ingresos más de un 20% el año pasado, se da por hecho que si CASA-EADS dan un paso, el Gobierno lo respaldaría. Pero algunas cajas de ahorros de distintas autonomías han sido contactadas por otros posibles socios industriales, mientras el capital riesgo mueve ficha en los sectores punteros. En el pasado, Gamesa Aeronáutica estuvo a punto de unirse a la vasca ITP y a la italiana Finmeccanica.
El negocio aeronáutico es emblemático para Gamesa, pero la vertiginosa apuesta eólica del grupo ha relegado a un segundo plano la actividad de diseñar, desarrollar, fabricar, certificar y ensamblar aeroestructuras y componentes para aviones. De una facturación global de 2.315 millones prevista en 2005, un 80% corresponde a Gamesa Eólica.
Por el contrario, Gamesa Aeronáutica, que tuvo que encajar la crisis derivada de los atentados del 11 de septiembre -y que acaba de lanzar un plan para ganar competitividad llamado PREGA, con ahorro de costes del 30%, recolocaciones y un recorte de empleo no precisado- pesa sólo un 20% en el negocio. Su más que discreta evolución ha empañado las perspectivas del grupo, que prevé una caída del beneficio del 4%.
En 2004, la filial de los aviones hundió su resultado un 65%, hasta los siete millones, por la debilidad del dólar, moneda en la que realiza la mayor parte de sus ventas. Pero, además, el cuaderno de venta de Gamesa Aeronáutica no pasa por alto la caída de los pedidos del programa para el avión ERJ-145 para Embraer, punto de partida de la fundación de la empresa y que aún genera "ingresos relevantes".
Los ingresos sí se han recuperado de forma considerable, hasta alcanzar los niveles de 2001, el año del 11-S. En 2004 se situaron en 308 millones.
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