El Gobierno prevé decretar el 15 de agosto la segunda fase de excepción por la sequía
Las medidas no incluyen todavía restricciones al consumo doméstico
El Gobierno catalán tiene ya listo el calendario que establece la entrada en vigor de la segunda fase de excepcionalidad en relación con la sequía. De no mediar lluvias, que de momento no se prevén, será anunciada el 15 de agosto, con el fin de que los ayuntamientos, que son los que gestionan la distribución del agua, dispongan de unas semanas para aplicar las medidas. La segunda fase aún no impone restricciones al consumo doméstico, pero aumenta las referidas a riegos y usos agrícolas e industriales. El Ejecutivo prepara ya el decreto de emergencia, que sí incluye restricciones domésticas, y proyecta aprobarlo en breve, aunque quedará en suspenso, a punto para entrar en vigor cuando sea necesario
El Ejecutivo parte de la premisa de que el agua es un bien escaso, una tesis propagada desde hace años por Iniciativa y poco a poco asumida por el resto de la izquierda, mientras que la derecha (CiU y el PP) sigue apostando por un modelo desarrollista que mueva el agua desde donde la haya hasta cualquier parte, independientemente del coste económico y ambiental. En medidas, esto se traduce en el rechazo del tripartito a dos grandes trasvases (el del Ebro y el del Ródano) defendidos por la oposición en el Parlament.
Pero si el agua no se importa, las medidas tienen que ser de otro tipo, y sobre todo hay que potenciar su ahorro.
El decreto aprobado con motivo de la sequía tiene un carácter excepcional, porque años como éste, por fortuna para los catalanes, no son frecuentes. De hecho, una sequía como ésta no se había vivido en los últimos 60 años. Pero además de las medidas relacionadas con la situación excepcional, se trabaja en otros aspectos, y uno de ellos es fomentar la reducción del consumo. En esta materia, un elemento que se ha mostrado más que efectivo es actuar sobre el precio.
El precio del agua ¿es caro? Depende de cómo se mire. Los barceloneses creen que sí y para justificarlo esgrimen la comparación entre su recibo y el del resto de los catalanes. La diferencia puede alcanzar el 460%, según el informe sobre los precios elaborado por la Agencia Catalana del Agua.
En general, las comarcas que se abastecen de las cuencas internas (competencia del Gobierno catalán) tienen una tarifa más alta que las vinculadas a la cuenca del Ebro (competencia del Gobierno central). Las diferencias son considerables. En la Val d'Aran el precio es de 0,22 euros por metro cúbico; en el Pallar Sobirà, de 0,34; en el Barcelonès, de 1,24 euros, y en el Baix Llobregat, de 1,14.
Otro de los informes de la Agencia Catalana del Agua destinado a analizar la evolución de las tarifas del agua distingue entre los ríos de suministro. Quienes más pagan son quienes se abastecen de las rieras del Baix Llobregat (área metropolitana de Barcelona), el Besòs y, sorprendentemente, el Gaià (Tarragonès). De hecho, tomando como referencia los cauces de ríos pertenecientes a las cuencas internas, el coste del abastecimiento del Gaià se convierte en el más caro, ya que el precio del metro cúbico se eleva hasta 1,26 euros, mientras que el segundo por precio, el Besòs, se queda en 1,14 euros. Muy lejos ambos de lo que deben pagar quienes reciben el suministro del Garona, donde el metro cúbico cuesta 0,22 euros.El mapa por cauces dibuja una amplia franja que va desde el Baix Camp, en el sur, hasta el Maresme, en el norte, y que incluye las comarcas del Alt y Baix Camp, así como el Bages, los dos Vallès y el Barcelonès. En todos los casos el precio del metro cúbico se sitúa ligeramente por encima del euro. Las comarcas del sur (Terra Alta, Ribera d'Ebre, Baix Ebre y Montsià) tienen suministros a un precio que oscila entre 0,72 y 0,78 céntimos. En el noreste de Cataluña, se sitúa en torno a 0,90 euros de media.
La media de precio en las cuencas internas es de 1,08 euros por metro cúbico, mientras que en las zonas que se abastecen de la cuenca del Ebro es de 0,64 céntimos.
Si se toma como unidad territorial la provincia, los barceloneses pagan el metro cúbico a 1,21 euros; en Tarragona, el precio es de 1,07; los gerundense salen más beneficiados, ya que los 1.000 litros les salen a 0,95 euros, y los leridanos son quienes tienen una tarifa más baja: 0,64 euros.
Un estudio similar, pero que compara los precios catalanes con los de otros territorios, señalan, en cambio, que la tarifa media del agua en Cataluña no es excesivamente alta. Si se tiene en cuenta la capacidad adquisitiva de cada zona, Cataluña se sitúa en un término bastante medio entre los 0,57 euros por metro cúbico de Corea y los 3,78 de Turquía.
El informe está hecho a partir de precios del año 2000. Desde esa fecha, sin embargo, las cosas han cambiado ligeramente. El mismo análisis señala que la evolución de las tarifas del agua en Cataluña, en relación con el índice de precios al consumo, siguió un trayecto relativamente paralelo, aunque casi siempre con el precio del agua ligeramente por encima, hasta el año 2001; desde entonces, el crecimiento de la tarifa del agua ha sido claramente superior.
Los consumidores se quejan de que el recibo del agua incluye elementos que no deberían estar en él ya que son, en realidad, impuestos de diversa índole. Por ejemplo, de 1,133 euros por metro cúbico que paga un consumidor catalán que no supere los 10 metros cúbicos de consumo al mes, 0,743 céntimos son el precio real del suministro; 0,31 céntimos corresponden al canon del agua, y 0,08 céntimos, al impuesto sobre el valor añadido. Estas cifras se incrementan en el caso de un barcelonés porque el suministro le cuesta 0,918 euros por metro cúbico y tiene, además, una tasa de alcantarillas que supone 0,134 euros más.
A una familia media catalana que consuma unos 10 metros cúbicos al mes, el coste del agua le supone 126,30 euros al año. De esta cantidad, 89,16 euros corresponden al precio del suministro y 37,15 son abonados en concepto de canon del agua.
Si en vez del coste de una familia catalana media se analiza el de una familia que viva en la provincia de Lleida y otra que viva en Barcelona, el resultado es que la segunda paga por el agua el 92% más que la primera.
La región más barata
Un informe de la Agencia del Agua Seine-Normandie describe el precio del agua en diversas regiones europeas que, salvo en casos excepcionales (Luxemburgo y Dinamarca), no coinciden con fronteras estatales. En esta clasificación, con precios de 2002 y 2003, y elaborada a partir de consumos medios de unos 10 metros cúbicos mensuales, sólo Luxemburgo (1,19 euros por metro cúbico) paga el agua a un precio inferior al de Cataluña (1,18 euros). Desglosada, Barcelona se sitúa en tercer lugar (1,308 euros).
El precio más caro lo tiene Dinamarca (4,44 euros), seguida de Inglaterra y Gales (3,07), y Artois-Picardie, en Francia (3,16 euros por metro cúbico).
En Cataluña, el precio máximo del agua lo aprueba la Comisión de Precios, dependiente del Departamento de Comercio, pero los ayuntamientos, que son los que gestionan la distribución doméstica, pueden variar ese precio en no pocos casos a la baja.
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