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CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Clara Sánchez y Josefina Aldecoa hablan de sus obras literarias

Jesús Sérvulo González

Clara Sánchez (Guadalajara, 1955) aludió ayer a la infancia para explicar las tripas de una novela desde la memoria. "La infancia te marca en los gustos y el carácter. Crea una mirada hacia el mundo de la que no se puede desprender", explica la escritora. Por eso, "la memoria se alimenta mucho de la infancia", dice. La autora, que recibió el premio Alfaguara 2000 por su obra Últimas noticias del paraíso, reconoce que todo lo que hay en una novela es memoria.

Josefina Aldecoa (La Robla, 1926) coincide en reivindicar la memoria y la infancia como ingredientes principales de la literatura. Ambas escritoras dialogaron ayer en el entorno del curso Tiempo de respuestas, organizado por la Universidad Complutense de Madrid en San Lorenzo de El Escorial. Unos coloquios donde se pretende reconocer la voz de una generación de escritores y poetas, la de los cincuenta, marcados por el silencio de la posguerra. Sánchez matizó que esa generación se engloba en una corriente, "pero en realidad entre ellos literariamente son distintos". Esa manera de referirse a "un grupo como una sola persona me parece una locura", comenta. Y mucho más si es algo artístico. Es un ámbito en que se manifiesta lo "único" que somos cada uno, subraya.

Comunicarse

A juicio de Aldecoa, "la literatura nace de la necesidad de comunicarse". La autora de Historia de una maestra se identificó con una generación que "era un grupo de amigos, pero sobre todo de afines". Recordó la crudeza de la guerra. "Fue una época dura, pero no reniego de ella". Clara Sánchez cuenta que el "realismo social" con el que ha sido definida la generación del silencio es producto de "la realidad de su tiempo", pero hay que destacar que lo hacían "de una manera y estilos diferentes". Para Sánchez, un escritor escribe desde una tradición. La escritora reconoce que le hicieron reflexionar sobre su "quehacer literario", pero lo más importante es que le enseñaron a hablar sin miedo del miedo.

La autora de Desde el mirador define su obra como el reflejo de un "estado de ánimo". Y resta importancia a una historia previa, a los personajes. "Lo esencial es el estado de ánimo que me domina en cada momento", dice. Por eso, explica, Ultimas noticias del paraíso partió de una sensación de incertidumbre. Un millón de luces habla de tener que adaptarse uno a todo: "Recuerdo los tiempos en que empecé a trabajar por primera vez en una oficina". El tándem Aldecoa-Sánchez reclama protagonismo para los libros. "Un libro no existe hasta que no lo ha leído alguien", apunta Aldecoa.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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