La oscuridad hecha arte
El fotógrafo catalán Manel Esclusa expone en San Sebastián sus series de misteriosas imágenes abstractas
A diferencia de la mayoría de los niños, Manel Esclusa (Vic, 1952) siempre se sintió a gusto en la oscuridad. Cuando accedía al laboratorio fotográfico de su padre, de cuyas cubetas, como en un juego de magia, surgían imágenes. Cuando, también con su progenitor, aficionado a la espeleología, se adentraba en las grutas y creaba luces y sombras con su linterna. O cuando se colaba en el cine para ver películas no aptas para menores. Esclusa creció, se hizo fotógrafo y continuó a gusto en la oscuridad, en la noche, en la sombra. De hecho, son los elementos que sirven de punto de partida a sus obras, como se puede comprobar en la recién inaugurada galería donostiarra Ivasfot (General Echagüe, 8), donde expone hasta finales de septiembre.
Y es que la noche y la oscuridad, le traen a la memoria esos "recuerdos felices" de la infancia, pero además le permiten experimentar, trabajar con un tiempo más largo de exposición, le dan pie a jugar con las luces y las sombras, a incorporar el movimiento, explica el fotógrafo catalán. Y lo hace consciente de que, normalmente, el espectador se siente "un poco abrumado" la primera vez que contempla sus abstractas imágenes, precisamente porque "lo habitual en nuestra cultura es relacionar lo oscuro, lo negro, con algo negativo".
"La primera reacción suele ser ésta", admite, porque tal vez las fotografías lleven a quien las observa a "conectar con sus propios fantasmas". Pero luego "es posible que se sienta atraído y cómodo" con ellas. "Se da cuenta de que puede convivir con esas imágenes, de que también forman parte de nosotros mismos", insiste Esclusa. Y añade: "Hay en ellas cierto misterio, y el misterio es algo que siempre ha atraído al ser humano".
Esclusa vuelca esta filosofía y modo de trabajo en series sobre un mismo tema, con nombre en catalán. Así, Sil-lepsis exhibe un espacio urbano en cuya lectura siempre interfiere una silueta. Esa silueta es en cierta forma "un homenaje a esas primeras imágenes que después se transforman en fotografías". Y es también "una especie de puerta, una zona plana en la que se confunden la oscuridad y la propia silueta".
En Naus, el fotógrafo convierte los barcos, que bien podrían ser naves marítimas o espaciales, en "metáforas sobre el viaje, la exploración, el descubrimiento". En Aquariana, el sujeto de la imagen es el pez, retratado y tratado por el autor con la intención de convertirlo en "una metáfora del inconsciente".
La serie Urbs de nit aborda el paisaje urbano desde dos vertientes: las arquitecturas que se iluminan con el objetivo de convertirlas en símbolos de la ciudad y los rincones anónimos y oscuros. "Yo les doy el mismo tratamiento, los mezclo y de esta forma plasmo mi visión de la ciudad", apunta Esclusa.
Trencadis está inspirada en el edificio La Pedrera, de Antoni Gaudí. "El negativo está roto a mano, como si fuera un mosaico", explica. L' arbre es "un objeto encontrado", ya que surge de manera inconsciente, a partir de los experimentos para otras obras que realiza con este árbol situado junto a su estudio. Y Scantac relaciona ciencia y arte. Son imágenes creadas a partir de un peculiar autorretrato del fotógrafo: la radiografía de su cabeza, que, trabajada con el ordenador, muestra los paisajes interiores del autor.
Un lugar en los museos
Hace ya más de veinte años, una vez que parecía superada la clásica discusión sobre la definición de la fotografía como arte o como técnica, Manel Esclusa y otros colegas levantaron la voz para reivindicar un espacio para sus imágenes en los museos de arte contemporáneo. Poco a poco, lo fueron logrando.
"En los años setenta, cuando empecé a mostrar mis primeros trabajos, había cierto pasmo cuando te presentabas en una galería de arte. Existían muchas dificultades para exponer. Por eso, un grupo de fotógrafos decidimos movernos y hacer que eso cambiara", recuerda Esclusa.
"Y creo que ha cambiado. En la actualidad, la fotografía está aceptada, no es nada raro que en una galería, en un museo, en cualquier espacio expositivo se puedan ver fotografías", añade el autor catalán, que hace doblete en San Sebastián. Y es que el viernes inaugura en Tabacalera El espacio recuperado, una muestra en la que, junto a otros compañeros, indaga en el edificio de la antigua fábrica de tabaco, reservado ahora para acoger el Centro Internacional de Arte Contemporáneo.
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