Por fin
Con la autonomía de Irlanda del Norte suspendida, sin haber obtenido ni uno sólo de sus objetivos políticos y con sus enemigos eternos del unionismo radical en su mejor momento, el IRA anuncia su adiós a las armas, quién sabe si preludio de su definitiva desaparición. Tantas víctimas, tantas bajas propias, tanto dolor, en los últimos treinta años, para volver al punto de partida, dando un rodeo que se ha llevado por delante al pacifista movimiento por los derechos civiles de los años sesenta y que ha arruinado socialmente al país en general y a la comunidad católico-republicana en particular, colaborando con los no menos terroristas unionistas radicales en cavar un profundo foso que divide y dividirá al pueblo norirlandés durante mucho tiempo aún. A pesar de todo, bienvenido sea.
Ya de puertas adentro, espero que esos abertzales que exhiben en cualquier acto la bandera republicana irlandesa y tienen en un altar el Acuerdo de Viernes Santo, tomen nota y no sigan perdiendo el tiempo y haciéndonoslo perder a todos, convenzan a Otegi y compañía para que en su estrategia histórica de copiar milimétricamente todas las tácticas del movimiento republicano irlandés incorporen la de la desaparición de ETA/IRA. También me gustaría que el irreductible ex presidente Aznar reconociera, aunque fuera parcialmente, que no siempre ser más intransigente y cerril que tu enemigo lleva a la victoria; y si no, que se lo pregunte a su amigo Blair en este caso, si es que Blair sigue siendo su amigo después de esas blandas coincidencias con Rodríguez Zapatero.
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