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La juez ordena reconstruir el crimen de la joven descuartizada en Valencia

El detenido admite que la troceó pero niega haberla matado

Rufino M.G., de 34 años, detenido el pasado miércoles por la muerte y descuartizamiento de Samira Sayegh, de 28 años, desaparecida el 31 de mayo, ha mantenido en los sucesivos interrogatorios policiales, según fuentes próximas al caso, que no mató a la joven, que se murió mientras practicaban sexo después de consumir coca, que no avisó a la policía porque tenía más de un kilo de droga en casa y que la descuartizó al no saber qué hacer.

La comisión judicial, agentes de la policía nacional, el detenido y su abogada, María José Sánchez, estuvieron ayer durante dos horas en la vivienda de la puerta cuatro del número 18 de la calle de Noguera de Valencia. En ese piso vivía alquilado desde hace dos años Rufino M.G. La titular del Juzgado de Instrucción número seis de Valencia ordenó durante la mañana de ayer la reconstrucción de los hechos y el sospechoso fue conducido desde las dependencias de la Jefatura Superior de Policía hasta la vivienda. Algo más de dos horas sirvieron para que la policía se hiciera con cinco cajas y bolsas con efectos del detenido para aclarar los hechos.

Rufino M.G. fue detenido a las 16.00 del miércoles. La policía llegó hasta él después de peinar el círculo de Samira Sayegh, sorda, técnico de laboratorio. A Rufino y a la víctima les vieron juntos en los días previos a su desaparición -denunciada el 2 de junio aunque desde el 31 de mayo su familia no sabía de Samira-. Una orden judicial permitió registrar el piso de Rufino M.G. La policía encontró restos de una pierna, del tronco y de un brazo de la joven. Él asumió desde el principio ser el autor del descuartizamiento -una acción que no está castigada en el Código Penal nuevo, sí lo estaba en el anterior aunque se calificaba como inhumación ilegal- pero no la muerte, que dice se produjo, según fuentes cercanas a la investigación, mientras practicaban sexo. El sospechoso, que pasará hoy a disposición judicial, explicó que no avisó a la policía porque tenía en casa un kilo de droga -tiene antecedentes por narcotráfico según las mismas fuentes- y que decidió deshacerse del cadáver. Los restos del cuerpo de la víctima han ido a parar a la basura camuflados con los desperdicios diarios.

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