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Vecinos de Vall d'Hebron amenazan con boicotear el funcionamiento de la 'narcosala'

Cerca de un millar de vecinos se manifestaron ayer a última hora de la tarde en contra de la puesta en marcha del centro de atención a toxicómanos en el recinto hospitalario de Vall d'Hebron, que hoy abre sus puertas al público. Agentes de la policía antidisturbios acordonaron las instalaciones para protegerlas. La plataforma de entidades y vecinos del barrio cortaron la Ronda de Dalt en ambos sentidos y anunciaron que hoy acudirán al centro para entorpecer su funcionamiento demandando jeringuillas al personal.

La polémica narcosala (sala de venopunción), que ocupa 20 metros cuadrados de los 126 destinados al nuevo Centro de Asistencia y Seguimiento para toxicómanos, dará atención a unos 300 drogodependientes. La plataforma insiste en que el Ayuntamiento ha tomado una decisión precipitada al ubicar la narcosala cerca de la Ciudad Sanitaria. Los vecinos alegan que el emplazamiento no está justificado porque la zona no sufre ese problema de forma acusada y que no se ha pactado con ellos. Empeñados en su rechazo al equipamiento, ayer empezaron a recoger fondos para contratar a un abogado y llevar el asunto a los tribunales.

Sin embargo, Imma Mayol, la tercera teniente de alcalde y reponsable del área de Salud, recordó que en el distrito de Horta-Guinardó viven 250 personas que necesitan estos servicios y que se han visto obligadas a dirigirse a alguno de los 13 puntos de atención y seguimiento de drogodependencias que hay en Barcelona.

Mayol insistió ayer en que la apertura de la narcosala pondrá fin a las tensiones y temores de los vecinos, ya que no generará problemas. "Lo mejor que podemos hacer para acabar el conflicto es que el recurso empiece a funcionar y que sean los hechos los que los tranquilicen", aseguró. Horas antes de la manifestación, Mayol manifestó su confianza en que "el disgusto vecinal no se traduzca en agresión" hacia el centro, los enfermos o el personal que allí trabaja. Se refería a los destrozos que cerca de 200 vecinos causaron el pasado 13 de julio en el módulo prefabricado y que retrasaron la apertura de la narcosala.

Por su parte, el presidente del Partido Popular en el Ayuntamiento, Alberto Fernández Díaz, reiteró su oposición a las narcosalas y sostuvo que el gobierno local ha actuado "con precipitación e improvisación, sin escuchar las protestas vecinales".

En Cataluña hay unas 13.000 personas con problemas de drogadicción que inician tratamientos cada año y 30.000 a las que se dispensa metadona.

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