_
_
_
_
Reportaje:MEDIO AÑO DESPUÉS DEL SOCAVÓN DEL METRO

Más de mil vidas alteradas

Un vecino que ha regresado a casa, otro que vive en el hotel y un comerciante explican su situación

La crisis del Carmel tiene tantas historias como vecinos desalojados: 1.282 personas que hoy hace seis meses se llevaron el mismo susto, pero cuyas realidades han tomado caminos distintos. El grueso de los afectados ha podido volver a casa; los que se quedaron sin vivienda llevan ya meses en sus nuevos pisos; pero el drama sigue para los vecinos que todavía están alojados en hoteles y para los comerciantes que no han vuelto a levantar la persiana. Los testimonios que siguen -junto al de la familia Alcampel, en la página 1- representan a los cuatro grupos.

- Pere Chico. "Parece que ya llega el final de este drama". Tras cinco meses viviendo en hoteles, las dos hijas de Pere Chico -de dos y cinco años- ya no pueden dormir solas en su habitación. "Se han acostumbrado a que estemos todos en el mismo cuarto". Pero esta semana la han pasado de nuevo en un hotel, a la espera de que los albañiles le arreglen todas las grietas y den una mano de pintura a las paredes. Tiene todos los trastos amontonados en el comedor y en las habitaciones. "Casi no se puede pasar ¡y aún pretendían que durmiéramos aquí durante las reparaciones!". Durante las últimas semanas no ha parado de pelearse y "ponerse duro" con las administraciones. De momento parece haber dado resultado, porque han accedido a sus peticiones. "A ver si acaban y vamos unos días de vacaciones para desconectar de todo. Parece que por fin vemos el final de este drama".

Más información
Las obras de la prolongación de la línea 5 en el Carmel se reiniciarán en abril

- José Pizarro. "Seis meses en un hotel te ponen a prueba en todos los sentidos". El pasado enero José Pizarro acababa de estrenar un piso, de revista, en la calle de Sigüenza, enfrente del socavón. Su vida consistía en trabajar en la peluquería que regenta junto a su pareja, Toni, y disfrutar de la nueva vivienda, que compartía con un amigo, Mauricio, a quien la Administración no reconoce como afectado. Hoy lleva medio año viviendo en un hotel de la calle de Muntaner, ha perdido 30 kilos y el interior de su piso ha sido barrido por la maquinaria que recimienta el edificio. Los muebles están en un almacén y asegura que "alguien" se llevó elementos de valor como la grifería y la iluminación. "Llevábamos 11 años luchando por el piso, comenzamos una nueva vida y nos la arrebataron". Tanto es así que no le apetece volver y se acogerá a la permuta de ese piso por uno de protección. "Seis meses en un hotel te ponen a prueba en todos los sentidos. Es un cambio de vida tan radical que afecta desde la vida de pareja hasta la alimentación o el sueño. Hay días mejores y otros peores, aunque también te das cuenta de que puedes vivir con bien poco".

- Josep Montero. "Tengo ganas de reabrir la tienda, pero no a cualquier precio". Durante los 40 años en los que Josep Montero ha regentado su tienda de juguetes de la calle de Llobregós nunca se había encontrado con algo similar. Había épocas mejores y otras menos boyantes. "Ahora se parte de cero, cada día que pasa pierdo clientes y cuota de mercado". No sabe cuándo volverá a levantar la persiana metálica de la entrada. "Nos animan a que abramos, pero no lo haré hasta que no me arreglen el local. Y además, ¡si no hay gente, no hay clientes!". Casi toda la manzana donde se ubica su comercio está vacía y una de las escuelas aún no ha reabierto. "No pasan niños que miren el escaparate". Para reactivar su negocio asegura que necesita ayudas de las administraciones. "En las campañas electorales todo el mundo defiende el pequeño comercio y recuerdan que somos el barómetro de la salud y el bienestar de una ciudad. Hoy somos víctimas de una mala gestión y esperamos la complicidad de las administraciones".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_