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Entrevista:RAFAEL CRUZ | Director de Off Valencia

"El teatro debe ir siempre a contracorriente"

Miquel Alberola

Pregunta. El de Off Teatro no es un caso habitual en Valencia.

Respuesta. Por desgracia. La filosofía de la casa está en el nombre. Cualquier festival o circuito oficial tiene su off. Es un poco una declaración de principios de estar un poco al margen.

P. ¿Qué singulariza a éste de otros proyectos?

R. Eso y la fuerza. Aquí entra un montón de gente al día. Ahora acaba de salir Bruce Myers, el gran actor, que está impartiendo un encuentro para los alumnos sobre la compañía de Peter Brook. Es una manera de estar abiertos a lo que está pasando en Europa, de tratar lo valenciano con una perspectiva europea.

P. ¿Qué posibilidades ofrece Off Valencia?

R. Tiene todas las patas. Tiene una escuela de arte dramático, una escuela de cine digital y una escuela de música. Luego tiene su compañía y sus espectáculos con esa filosofía de teatro de riesgo, de vanguardia. Además, tenemos una sala alternativa.

P. ¿Por qué lo hizo?

R. Había estado mucho tiempo en Madrid y me apetecía comprometerme. Todo es muy complicado pero estoy muy comprometido con Valencia, merece la pena y la batalla no está perdida. Es un modo de decir: aquí estamos.

P. ¿Ha sido más arriesgado de lo que parecía?

R. Menos, porque he tenido mucha suerte en el equipo. Yo soy el director, pero ya no firmo los espectáculos como tal porque lo importante es el trabajo en equipo. La figura del director se puso muy de moda en los setenta, pero para nosotros es muy antigua: ahora somos investigadores. Trabajamos en equipo.

P. ¿Off Valencia es rentable?

R. Se autofinancia. Tenemos una póliza, como cualquier negocio, y no estamos nada endeudados.

P. Y no tienen subvenciones.

R. No tenemos ninguna, pero pedimos que nos den lo que nos toca. Aunque es evidente que si estuviéramos pendientes de una subvención no hubiéramos abierto. Ahora tenemos 210 alumnos matriculados en todas las disciplinas y el objetivo para la temporada que viene es hacer dos producciones propias.

P. De riesgo.

R. Totalmente. El teatro debe siempre ir a contracorriente. La gente viene aquí y sabe que va a encontrar otra cosa distinta a cualquier otro teatro.

P. ¿Cómo se produjo la relación con Peter Brook?

R. Por un milagro. Estaba en Valencia y de camino al Jardín Botánico pasó por delante del teatro, vio que estábamos haciendo Marat-Sade, el texto que él estrenó mundialmente, y entró a verlo. Esperó a que acabara la función y me preguntó si podíamos quedar al día siguiente. Estuvimos discutiendo todo durante cuatro horas y todos los años viene gente de su compañía aquí y vamos nosotros a París.

P. El mundo del teatro está al rojo vivo. ¿Es inevitable?

R. Si atendemos a lo que ha sido la política cultural en los últimos ocho años, es de una lógica aplastante. Se veía venir. No puede ser que no se dé continuidad a ningún proyecto, sea bueno o malo. Si sólo les interesa hacer fallas y hacerse la foto, pues era inevitable. ¿Dónde está el dinero de los proyectos subvencionados? Ni se sabe. No les interesa la cultura, y la cultura necesita un apoyo, no para que todo sea rentable, sino para que pueda haber oferta.

P. ¿Por qué el teatro plantea más guerra a la Administración que otros sectores culturales?

R. Porque somos más exagerados los actores. Nos encanta dramatizar.

P. ¿Es imposible hacer teatro sin subvenciones?

R. Es imposible. A no ser que hagas un producto comercial parateatral, pero eso no sería teatro.

EN DOS TRAZOS

Rafael Cruz (Figueres, 1967) estuvo deslumbrado por las artes plásticas hasta que la soledad de la pintura lo empujó hacia el teatro. Empezó en un grupo universitario valenciano, El Desván, y ese periplo lo llevó a Madrid, Nueva York y Londres. Hace unos años regresó para impulsar un proyecto teatral frecuente en las principales ciudades europeas pero absolutamente novedoso en Valencia. Con voluntad de crecer por los márgenes de la oficialidad, Off Valencia (www.offvalencia.com) ha desarrollado escuelas de teatro, cine digital y música, así como una compañía de teatro de vanguardia y una sala alternativa.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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