Helitransportados al infierno
Los miembros del retén que se afana contra un incendio que ya dura tres días son nueve (dos de los cuales son ingenieros forestales) y viajan por los aires en busca del lugar más adecuado para plantarle cara al fuego.
Pertenecen a un equipo de helitransportados, es decir, un helicóptero deja a los nueve trabajadores en la zona siniestrada en la que se supone que tienen que actuar contra el fuego para evitar que siga su avance. Previamente al aterrizaje en el infierno, sus mandos les han señalado su zona segura y su ruta de salida, pero poco más.
"Nosotros vamos donde nos dejan. Yo ya he estado en varios sitios desde el pasado domingo y no sé ni dónde. Donde nos dejan, nos ponemos a trabajar", explica resignado otro compañero.
La mayoría de los que trabajan en la extinción de incendios forestales durante los meses de verano como miembros de un retén son gente joven, de entre 20 y 30 años.
Durante el resto del año o estudian o trabajan en otros sectores. A todos les une una afición al monte de toda la vida.
Pero ahora están solos, en primera línea de fuego, en medio de ese océano de pinares cada vez más arrasado.
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