La inversión directa en la economía china hasta junio cae por primera vez desde el año 2000
El auge inversor extranjero que vive China se ha frenado. La inversión foránea ha caído un 3,2%, hasta 28.600 millones de dólares (23.600 millones de euros), en los seis primeros meses del año, según datos del Ministerio de Comercio.
Se trata del tercer mes consecutivo que desciende el flujo de capital extranjero hacia el gigante asiático, tras la euforia vivida como consecuencia de la entrada del país en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en diciembre de 2001. Tanto en junio, como ocurrió en abril y mayo, el descenso ha sido superior al 20%.
Pero, ¿por qué ha remitido la fiebre inversora, al menos temporalmente? Expertos y analistas apuntan a varias causas. Por un lado, el ritmo de crecimiento ha sido muy alto en los últimos años, por lo que resulta difícil que continúe, y por otro, la competencia internacional para atraer capital es muy fuerte. Además, buena parte de las últimas inversiones extranjeras han sido debidas a la ola de subcontratación en el sector de la electrónica, y ésta puede haber tocado techo. Por ejemplo, las compañías de Corea del Sur -el tercer mayor inversor en el gigante asiático el año pasado- han invertido un 14% menos en China en el primer trimestre de 2005, debido a la reducción de proyectos relacionados con la industria electrónica.
Costes laborales
Durante los dos últimos años, las inversiones de multinacionales como Intel -el mayor fabricante del mundo de microprocesadores- o Quanta Computer -el mayor de ordenadores portátiles- habían experimentado un fuerte tirón para aprovechar los bajos costes laborales chinos, que, según estima el Banco Asiático de Desarrollo, son un tercio los de Malaisia y 20 veces inferiores a los de Estados Unidos.
A pesar de la caída acumulada de la inversión realizada en los seis primeros meses del año -en junio, ha sido de 6.200 millones de dólares (5.100 millones de euros)-, la inversión contratada, es decir, firmada pero no ejecutada, y que representa un buen indicador de la tendencia futura, ha aumentado un 19% en el semestre, hasta 86.200 millones de dólares (71.200 millones de euros).
Algunos economistas chinos consideran que la bajada del flujo de capital extranjero no es necesariamente perjudicial. Según ha asegurado Yao Zhizhong, del Instituto de Política y Economía Mundiales, perteneciente a la Academia de Ciencias China, el descenso puede ayudar a promocionar la inversión local y reducir la presión para que Pekín revalúe su moneda (el yuan o renminbi). No obstante, Chen Jian, adjunto al ministro de Comercio, ha afirmado que Pekín mantiene su política de atraer inversión foránea, y que continuará mejorando las condiciones para incentivar la llegada de multinacionales.
Desde que Deng Xiaoping inició la apertura y reforma del país en 1978, China ha captado más de 590.000 millones de dólares (487.400 millones de euros) de inversión directa extranjera. De esta cantidad, alrededor del 40% ha tenido lugar en los últimos cuatro años.
A pesar de que las cifra de inversión directa parece remitir por el momento, lo cierto es que de las 500 empresas más importantes del mundo 450 ya han invertido en China.
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