Querella palestina
¿Conseguirá Israel que sea la propia Autoridad Palestina la que meta en cintura a los terroristas de Hamás y la Yihad Islámica? Esta semana se han registrado en Gaza los enfrentamientos más graves de los últimos años entre fuerzas palestinas y guerrilleros, con muertos y decenas de heridos. Hamás, el grupo armado mayoritario, agita el espectro de la guerra civil al levantar sus fusiles contra el presidente Mahmud Abbas, que pretende impedir que los terroristas sigan atacando con morteros y cohetes aglomeraciones israelíes, para asegurar que la retirada de Gaza se efectúe a partir del 15 de agosto, como prevé el Gobierno de Ariel Sharon.
El renovado estallido de violencia en Gaza y Cisjordania amenaza con liquidar la frágil e incierta tregua declarada en febrero por Israel y la Autoridad Palestina (AP) y al menos tácitamente aceptada por Hamás. La situación es lo suficientemente grave como para que la ministra de Exteriores estadounidense anuncie una inesperada e inmediata visita a la zona. Tras la muerte el martes de cinco israelíes en un ataque suicida de la Yihad Islámica, en Netania, los helicópteros israelíes han reanudado sus asesinatos selectivos. Ayer continuaban atacando objetivos en Gaza, después de matar a seis pistoleros de Hamás.
El presidente Abbas se mueve en un campo minado. De un lado, el Gobierno de Sharon y la AP no han sabido ponerse de acuerdo sobre las modalidades de la retirada de Gaza del mes próximo. Jerusalén va a abandonar 21 colonias, habitadas por unos 8.500 ocupantes civiles, y destruirá todas las instalaciones, pero se ignora quién costeará el acarreo de las ruinas, sobre las que los palestinos han de levantar sus futuras casas. De otro, Hamás, y mucho menos la Yihad (aunque ésta cuenta sólo con unos centenares de hombres armados), no quieren dar garantías sobre lo que pueda ocurrir en la retirada, que Sharon llama "el desenganche", porque lo que pretende es despegarse de la superpoblada Gaza para atrincherarse mejor en Cisjordania. El primer ministro israelí ya ha anunciado que la retirada no se hará bajo fuego enemigo.
Hamás, que negocia su integración en algún organismo de poder de la AP, no desea obstaculizar el repliegue, pero en ese círculo vicioso de acción y reacción quiere tener un margen de maniobra que no le haga parecer como blanda a los ojos de la opinión propia. Condoleezza Rice exigirá a las partes la contención imprescindible para que pueda producirse el repliegue de Gaza y se mantenga viva la esperanza.
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