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Los enfermos del hospital de Cantoblanco soportan temperaturas de hasta 40 grados

La dirección del centro público dice que "no hay presupuesto" para poner aire acondicionado

Oriol Güell

En el pabellón San Francisco del hospital público de Cantoblanco, que acoge a 45 enfermos con una media de edad que supera los 75 años, hace mucho calor y huele denso por la falta de aire acondicionado. Trabajadores, enfermos y familiares están "hartos" de aguantar temperaturas que superan los 40 grados y a las que se enfrentan con abanicos y paños de agua. Tres empleados han sufrido golpes de calor esta semana y los trabajadores temen que el calor aumente la mortalidad en el hospital. La dirección dice que "no hay presupuesto" para instalar un sistema de refrigeración.

"Esto no hay quien lo aguante", se queja Teófilo Martínez mientras abanica a su madre, Teófila Villa, de 86 años, ingresada por un ictus cerebral. "Por la mañana hace mucho calor, pero lo peor es por la tarde, cuando cae el sol a plomo". Laura, la hija de Filomena Pérez, de 87 años e ingresada por una subida de azúcar y un edema pulmonar, califica de "sauna" la habitación del hospital en la que esta ingresada su madre. "Después de comer, esto es horroroso. Los enfermos, que bastante mal están ya, sudan y se inquietan. No hay nada que se pueda hacer por ellos que no sea abanicarles y ponerles paños de agua en la frente", se queja Laura.

Ayer, a la una de la tarde, la temperatura en el interior de las habitaciones ya superaba los 35 grados. "Esto no es nada. Ahora se está bien. A partir de ahora el calor empieza a apretar y ya no baja hasta la noche, cuando corre un poco el aire", explica una enfermera.

Los familiares de los pacientes, apoyados por los trabajadores, no entienden "cómo es posible que un hospital de la Consejería de Sanidad no tenga refrigeración". "Parece un chiste que esto pase ahora, cuando la propia consejería ha decretado la alerta por la ola de calor y recomienda a las personas mayores y enfermas que no estén todo el día en lugares sin aire acondicionado. Pues bien, nosotros estamos en uno de sus hospitales, mi madre está muy enferma y encima debe aguantar unas temperaturas insoportables", afirma Teófilo.

Ventanas abiertas, abanicos, paños húmedos y algún ventilador "traído de casa" son todas las armas que tienen a su alcance trabajadores y enfermos del pabellón San Francisco. En los otros cuatro edificios que componen el hospital, la situación es mejor. "En el que tiene la dirección, los despachos están muy bien, porque ellos sí tienen aire acondicionado", subraya una trabajadora. En dos más también existe refrigeración, y en otro "hace mucho calor, pero no tanto como en el San Francisco porque está en una zona más aireada y boscosa", explican las enfermeras.

Golpes de calor

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El jueves de la semana pasada, un trabajador se desmayó durante su jornada laboral por un golpe de calor. Aún sigue de baja. En los dos días siguientes, otros dos empleados sufrieron desmayos. "Una chica estuvo 15 minutos inconsciente. Luego se recuperó, pero el susto fue tremendo porque no despertaba", recuerdan sus compañeras enfermeras.

El sindicato CC OO ha denunciado la ausencia de aire acondicionado en el pabellón San Francisco ante la Inspección Provincial del Ministerio de Trabajo. También lo ha hecho ante el gerente adjunto del hospital, José María Pereira, quien les ha respondido que no puede instalarlo porque "no hay presupuesto", según una carta remitida por el sindicato a la Consejería de Sanidad.

Pereira explicó ayer que el hospital de Cantoblanco está embarcado en una profunda reforma, "un proyecto que durará varios años", y que se va a instalar aire acondicionado. Pero no precisó cuándo. "Lo que ocurre es que el proyecto lo van definiendo los técnicos y las obras van saliendo a concurso a medida que pueden acometerse", argumentó.

El gerente no pudo concretar cuándo va a iniciarse la instalación de la refrigeración en el pabellón: si este año, en 2006 o más adelante. "Tampoco podemos instalar aparatos de refrigeración individual en las habitaciones, como medida provisional, porque los prohíbe la normativa", señaló.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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