Dimite el jefe de los servicios secretos de Brasil
El escándalo de corrupción en Brasil se cobró ayer su primera víctima colateral. Se trata del jefe de la Agencia Brasileña de Información (ABI), los servicios secretos del Estado, Mauro Marcelo de Lima, quien ha presentado la dimisión después de que se hiciera pública una carta en la que calificaba a los parlamentarios que investigan la trama de sobornos y financiación irregular del Partido de los Trabajadores (PT) como "bestias" y "fieras".
El documento fue revelado precisamente durante una sesión de la Comisión Parlamentaria de Investigación de Correos, que analiza un millonario fraude en la institución. En la comisión se han producido las principales revelaciones de los escándalos que han costado el puesto a ocho ministros del Gobierno brasileño y a toda la cúpula de PT. El documento fue hecho público por un diputado del Partido Liberal, al que pertenecía el senador sorprendido el lunes en el aeropuerto de Brasilia con siete maletas repletas de dinero.
El jefe de la inteligencia, que apenas llevaba un año en el cargo, aseguró que ha presentado la dimisión por "motivos personales". Sin embargo, De Lima había criticado duramente la comparecencia ante la comisión parlamentaria de un agente la semana pasada. El responsable de la ABI había pedido que la declaración, dada la naturaleza del trabajo del testigo, fuera secreta. Los parlamentarios no cedieron y fue retransmitida en directo por televisión. De Lima calificó entonces en un documento interno a la comisión como "un picadero", y calificó a sus miembros de "bestias" y "fieras".
"No quise atacar a los diputados o al Congreso, quise explicar la situación de indefensión y humillación en la que se encontró el agente ante la comisión", señaló De Lima para explicar, según su versión, la verdadera motivación del escrito. La comisión de investigación le ha citado a declarar y además ha solicitado a la Fiscalía General que inicie un proceso contra el ya ex jefe del espionaje por ofensas contra los integrantes del Legislativo. El funcionario dimitido ocupaba un cargo de confianza del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y el organismo que dirigía tiene oficialmente como misión facilitar informaciones al presidente para ayudarle en la toma de decisiones. La Agencia Brasileña de Información es la sucesora del Servicio Nacional de Informaciones (SIN), quien durante la dictadura militar (1964-1985) practicó la represión.
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