La ola de calor fuerza a la Generalitat a activar la alerta entre la población de riesgo
Las zonas más afectadas son las comarcas costeras, las del Ebro y la Plana de Lleida
La anunciada ola de calor llega hoy. Ésta es la previsión del Servicio Meteorológico de Cataluña. Ante temperaturas sostenidas que pueden superar los 35 grados en la costa y los 40 grados en el interior, la Generalitat activó ayer la fase 2 del plan de actuación para prevenir los efectos de la ola de calor sobre la salud entre la población de riesgo de las comarcas del Ebro, la Plana de Lleida y la franja costera. En Cataluña hay más de 100.000 personas vulnerables al calor, según datos de la Generalitat. Son principalmente mayores de 75 años, bebés y enfermos crónicos.
Los protagonistas de esta fase de alerta son los centros de salud, que ya cuentan con un censo de la población de sus alrededores más débil ante el calor. Los centros de atención primaria (CAP) deberán realizar una tarea de prevención y seguimiento de sus pacientes, bien a través de llamadas telefónicas, bien mediante atención domiciliaria.
El personal sanitario conoce a estos pacientes, pero durante estos meses de verano deberá prestarles especial atención. El plan hace hincapié en las personas que viven solas e impulsa la colaboración entre el personal sanitario y los servicios sociales.
"El resto de los territorios de Cataluña continuará en fase 1, pero no se descarta que se tenga que declarar la fase 2 más adelante", afirmó ayer la consejera de Salud, Marina Geli, que recalcó: "No estamos en fase de emergencia, que consistiría en altas temperaturas sostenidas durante varios días y un aumento de la mortalidad relacionada con el calor". La fase de emergencia, que no está prevista de momento, establece que las llamadas telefónicas para controlar la población de salud frágil se realicen de forma centralizada desde el servicio telefónico del Departamento de Salud, a partir de las notificaciones de los CAP.
En principio, la entrada en la fase 2 de este plan, que afecta a los territorios ya citados, "no obligará a reforzar la plantilla de las urgencias hospitalarias", explicó Enric Agustí, subdirector del Servicio Catalán de la Salud.
Paralelamente, el personal del teléfono Sanitat Respon (902 11 14 44) continuará ofreciendo consejos sanitarios para combatir el calor y las farmacias también asesorarán a la población, como ya hacen desde principios de julio.
Además, está previsto que en los centros de internamiento de discapacitados y geriátricos, las personas de salud más frágil se distribuyan en áreas climatizadas y reciban el control y seguimiento del personal médico.
La consejera señaló que, a pesar de las altas temperaturas, desde el pasado mes de junio hasta el día de ayer no se ha observado un aumento de la mortalidad, de los ingresos hospitalarios ni de las urgencias sanitarias relacionadas con el calor.
Desde principios de junio técnicos de Salud recogen a diario los datos de la actividad funeraria de 10 municipios, así como de la actividad hospitalaria y las muertes judiciales, que permiten tener un control sobre la repercusión del calor en la salud.El coste de este plan estival contra los efectos del calor es de un millón de euros. "Gastamos 9,2 euros por persona vulnerable al calor", explicó Geli. El dinero se invierte en la coordinación de los equipos de atención primaria, los servicios sociales y hospitalarios, y el plan de comunicación. El Departamento de Salud puso en marcha por primera vez esta iniciativa en 2004. En mente estaban las muertes ocurridas en el fatídico verano de 2003. Durante los meses de julio y agosto de hace dos años fallecieron en España 6.112 personas más que en el mismo periodo del año anteriorm, seguramente por los efectos de las altas temperaturas.
La Generalitat también ha editado 700.000 abanicos de papel con recomendaciones para evitar problemas por las altas temperaturas, como beber regularmente, cuidar la alimentación, controlar la temperatura en casa, usar ropa holgada y limitar la actividad física en las horas de más calor.
A principios de julio un albañil de 46 años falleció en Mataró con los síntomas de un golpe de calor. El hombre estuvo expuesto al sol durante varias horas.
Los servicios meteorológicos prevén que las temperaturas bajen a partir del lunes.
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