Las administraciones acuerdan convocar un concurso de ideas para ordenar el cauce del Guadalmedina
La reordenación del cauce del río Guadalmedina para revitalizar su uso y eliminar la cicatriz que actualmente divide el casco urbano es uno de los seis "proyectos estrella" incluidos en el II Plan Estratégico de Málaga.
Frente a la división entre las administraciones -el actual Gobierno desechó por inviable el proyecto planteado por el ejecutivo del PP y el Ayuntamiento-, ahora se ha alcanzado un principio de acuerdo para que "sin posicionamientos previos" se convoque un concurso de ideas o se encargue un anteproyecto a un equipo de expertos de reconocido prestigio.
El proyecto aspira a recuperar los usos del cauce seco del Guadalmedina con jardines, aparcamientos y zonas de ocio, y favorecer además la comunicación entre el este y el oeste de la ciudad, a las que ahora hace barrera, creando un eje norte sur que conecte con el litoral. El inconveniente es el uso hidrológico del cauce, por el que se desembalsa agua del pantano del Limonero.
Pese a que el acuerdo de los patronos de la fundación Ciedes, que gestiona el Plan Estratégico, contempla la redacción de un nuevo proyecto "sin posicionamientos previos", el alcalde, Francisco de la Torre, dijo ayer que el consistorio no renuncia a su proyecto primitivo -una gran avenida de penetración en la ciudad desde las rondas que él mismo definió como "el paseo de La Castellana de Málaga"- que dijo "puede servir de base" para el pliego del concurso de ideas.
El subdelegado del Gobierno en la provincia, Hilario López Luna, recordó que el acuerdo recoge la necesidad de avanzar "en la creación de un marco de concertación, confianza y diálogo entre los principales agentes públicos y privados de la ciudad para dejar de lado los posibles recelos y avanzar en la búsqueda de soluciones adecuadas".
Los proyectos del segundo plan estratégico apuestan por la renovación de la fachada litoral de Málaga, con actuaciones urbanísticas, paisajísticas, regeneración de playas y la integración del puerto; la profundización en los aspectos relacionados con el conocimiento y la innovación, y un nuevo empuje cultural.
Éste tiene como principal eje la consolidación de un "megamuseo abierto" en el entorno de la calle Alcazabilla, con el Teatro Romano, la Alcazaba, los restos de la primitiva ciudad fenicia, el museo Picasso y el de Bellas Artes en la Aduana, con la aspiración de solicitar a la Unesco la declaración de Patrimonio de la Humanidad de todo este conjunto.
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