Merkel promete equilibrar el presupuesto y crear empleo si gana las elecciones alemanas

Con el objetivo de equilibrar el maltrecho presupuesto alemán hasta 2013, Angela Merkel presentó ayer en Berlín el programa electoral de la Democracia Cristiana, que aspira a gobernar Alemania a partir de septiembre. "Queremos aprovechar la oportunidad para terminar de una vez el decepcionante seguir así del Gobierno rojiverde", dijo la candidata y presidenta de la CDU, que compareció acompañada del presidente de la CSU (los social-cristianos de Baviera), Edmund Stoiber.

Los partidos de la Unión, CDU y CSU, quieren un programa orientado al crecimiento, que en 2005 nadie espera que pase del 1%, a través de medidas que fomenten el empleo, la flexibilización del mercado laboral y la eliminación de burocracia. Para poder rebajar los costes laborales -concretamente la contribución al seguro de desempleo del 6,5% al 4,5%- la Unión ha abierto la caja de los truenos al proponer un aumento del IVA del 16% al 18% que recibe críticas de todos los frentes, incluso de sus propias filas. "Con Merkel todo será más caro, pero nada será mejor", dijo ayer el canciller, Gerhard Schröder.

La iniciativa les va a costar a CDU y CSU su primer conflicto con el aspirante a socio de coalición, el partido liberal FDP, cuyo presidente, Guido Westerwelle, se niega a aceptar cualquier aumento de impuestos por considerarlos "veneno para la coyuntura". Esta expresión también estuvo en boca de Merkel en otros tiempos. Pero hoy opina que, usado para reducir costes laborales, el aumento del IVA, que aportaría 16.000 millones de euros al Estado, "es la posibilidad de poder poner en marcha algo nuevo sin incrementar el déficit". Alemania cerró el año 2004 con un billón y medio de euros de deuda, un 66% del producto interior bruto (PIB), e incumplirá en 2006 por quinta vez el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que penaliza los déficit presupuestarios superiores al 3%.

Segura de su victoria en las elecciones del 18 de septiembre, con un 44% a su favor según las últimas encuestas, Merkel no habló ayer en condicional sino en futuro sobre lo que hará cuando llegue al Gobierno. Entre sus propósitos se encuentra la flexibilización del mercado laboral, la rebaja de 50 euros mensuales en la contribución a las pensiones para padres y madres, y el establecimiento de unos ingresos anuales libres de impuestos de 8.000 euros por persona y por hijo.

Además de llevar a cabo una ambiciosa reforma de la sanidad que no especifica cuánto costará, la Unión quiere bajar el impuesto de sociedades del 25% al 22% y los tipos máximo y mínimo de la renta del 42% al 39% y del 15% al 12%, respectivamente. Para financiarlo eliminará excepciones y exenciones fiscales, de modo que al final los contribuyentes no paguen ni más ni menos que ahora y el Estado no deje de ingresar ni un euro. "Que los que ganan mucho paguen realmente el tipo máximo, y no como ahora: los socialdemócratas quieren introducir un impuesto para ricos pero de facto los que conocen bien la ley consiguen no pagar el tipo máximo", pidió Merkel. La gran reforma fiscal que simplifique el sistema llegará en 2007, promete la Unión.

Aún no es seguro que se anticipen las elecciones al 18 de septiembre. El presidente federal, Horst Köhler, tendrá que decidir antes del día 22 si las convoca o no. Para fundamentar su juicio solicitó ayer al canciller más información sobre la supuesta pérdida de la confianza en su coalición.