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Reportaje:

Los secretos de la Mafia, al descubierto

National Geographic estrena una serie que desvela la historia, los enigmas y las claves del crimen organizado

"Los tipos que trabajaban a mi servicio eran capaces de trocear a un muerto sobre una mesa mientras devoraban un trozo de pizza". La escena podría ser una secuencia de la película Uno de los nuestros, pero la frase es real y pertenece a un verdadero gánster: Dominick Montiglio, del clan de los Gambino, uno de los diversos ex mafiosos que desfilan por la serie documental La Mafia, que estrena esta noche (21.00) National Geographic Channel (dial 61 de Digital +). La emisión se prolongará en diferentes horarios hasta el próximo sábado. La producción desvela la historia, los secretos y las claves del llamado crimen organizado a través de los testimonios de antiguos mafiosos y ex miembros de cuerpos de seguridad como el FBI o la DEA.

Montiglio, de 60 años, lo explicaba en Nueva York hace apenas un mes durante una entrevista en la que desgranó todo tipo de anécdotas sobre su antigua vida, sin poder ocultar cierta nostalgia por "las mujeres, los coches, el dinero, el poder", pero haciendo hincapié, quizás por imposiciones del guión de su nueva existencia, en su "profundo" arrepentimiento. "Si pudiera volver atrás no hubiera trabajado nunca para la Mafia, pero mi tío Nino Gaggi era uno de los capos, y cuando estás dentro de una familia (en el sentido mafioso de la palabra) ésa es la vida que conoces, que admiras y a la que estás abocado".

Montiglio abandonó su carrera al otro lado de la ley en los años ochenta tras ser acusado sólo de un asesinato, aunque como parte del sangriento clan de los DeMeo, un subgrupo de la familia Gambino, presenció decenas de crímenes. Tras pasar por la cárcel por un delito menor, la Mafia puso un contrato, orden de asesinato en el argot mafioso, contra él por miedo a que se convirtiera en una rata, es decir, en un chivato, así que optó por admitir uno de sus crímenes y colaborar con las autoridades, denunciando a los miembros de su clan y acogiéndose al programa de protección de testigos. Desde entonces ha tenido que asumir diferentes personalidades, ha vivido en los pueblos más remotos de Estados Unidos y hoy se gana la vida como pintor.

Su caso es similar al de otros ex mafiosos cuyos extraordinarios testimonios también recoge esta serie, en la que, a pesar de su planteamiento hollywoodense, con muchas recreaciones televisivas de situaciones reales, se narra con todo detalle la historia de una organización criminal que, "aunque ha sufrido duros golpes, sigue viva y tiene mucho más poder del que creemos". Estas palabras pertenecen a Frank Panessa, ex agente de la DEA, que, al igual que el mitificado Joseph Pistone en la película Donnie Brasco, interpretada por Johnny Depp, fue uno de los agentes del FBI que se infiltraron dentro de la Mafia para ayudar a desmontar sus actividades criminales.

Panessa, no tan conocido como Brasco, consiguió desmantelar lo que se llamó Pizza Connection, una red de tráfico de heroína controlada por la organización criminal que tenía su base de operaciones en pizzerías estadounidenses. "Hoy sigue controlando los sindicatos, el productivo negocio de las basuras y, desgraciadamente, es una fuente de recursos también para el terrorismo. Eso es lo que hoy hay que combatir", afirmó durante una entrevista en Nueva York.

La serie está dividida en cuatro capítulos, en los que se analizan las diferentes actividades de la Cosa Nostra siciliana y de sus hermanos americanos, los ritos mafiosos, los personajes más significativos de su genealogía (como Lucky Luciano o Toto Riina), sus negocios, sus debilidades y sus crímenes. El otro eje central de la serie es la campaña antimafia y sus protagonistas, desde el legendario juez Giovanni Falcone, muerto a manos de la Mafia siciliana por no tenerle miedo, hasta el propio Pistone, sobre el que aún pesa un contrato. Entre los muchos testigos destaca el ex mafioso Henry Hill, cuya historia precisamente inspiró a Martin Scorsese para filmar Uno de los nuestros.

Mostrando su lado más realista y sangriento, La Mafia trata de desmitificar a una organización que películas como El padrino o series como Los Soprano o el programa de telerrealidad Growing up Gotti (sobre los descendientes del mafioso John Gotti) han transformado en objeto de culto y espectáculo.

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