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El presidente del partido de Lula dimite por los escándalos de corrupción

La salida de José Genoino pone a la agrupación política al borde de la escisión

Jorge Marirrodriga

El escándalo de la financiación ilegal de campañas electorales y la compra de votos de diputados en Brasil se cobró ayer otra víctima con la dimisión del presidente del Partido de los Trabajadores (PT), José Genoino. Con la renuncia, el partido que en 2002 llevó a Luiz Inácio Lula da Silva a la victoria no sólo queda descabezado y al borde de la escisión, sino que constata su profunda implicación en la trama de corrupción que convulsiona la vida política desde hace semanas.

Genoino apenas aguardó unos minutos después de que la dirección del PT se reuniera en su sede de São Paulo para anunciar su dimisión. "Por encima de las personas existe una cosa que es el proyecto del PT, un partido que se diferencia de los demás por los valores del socialismo y los valores humanistas", destacó Genoino ante sus compañeros, quienes aceptaron la renuncia.

El líder del PT estaba sobreviviendo con dificultad a la oleada de escándalos diarios revelados en Brasil desde hace 15 días. Primero había negado tener conocimiento de que desde la sede del partido salían maletas llenas de billetes hacia los diferentes Estados para sufragar campañas o comprar los votos de políticos opositores. Y luego añadió que no conocía de nada a Marcos Valério, el publicista cuyos millonarios contratos con la Administración le generaban unos beneficios que desviaba en metálico al PT. A la sombra de Lula, cuya imagen resiste a duras penas la avalancha, Genoino trataba de jugar la carta del desconocimiento de lo que ocurría en el mismo edificio donde trabajaba a diario y aseguraba además que no sabía nada de unos préstamos millonarios de Valério al PT.

Sin embargo, esta misma semana se hacían públicos los contratos de préstamos al PT donde aparecían claramente los nombres de Genoino, Valério y Delubio Soares, el tesorero del PT ya destituido por el escándalo. La dirección del PT decidía reunirse este fin de semana para estudiar medidas con el ruido de fondo del sordo enfrentamiento entre el sector mayoritario -al que pertenecen Genoino y el propio Lula- y el izquierdista, apartado del poder y partidario de una vuelta a los orígenes del partido. Genoino todavía tenía posibilidades de salir airoso, pero el viernes ocurrieron dos hechos. Recién llegado de la cumbre del G-8 en Escocia, Lula dijo que "quien haya cometido un error que lo repare". Por la noche era detenido en el aeropuerto de São Paulo un ayudante del hermano de Genoino con 100.000 dólares en billetes escondidos bajo la ropa. El destino del presidente del PT quedó entonces sellado.

"Su dimisión ha sido una medida lúcida que merece nuestro aplauso y reconocimiento", destacó el diputado José Martins Cardozo, también del PT, que forma parta de la comisión de investigación parlamentaria donde se están ventilando todos los escándalos. La batalla entre los distintos sectores queda ahora abierta y los 85 integrantes de la comisión directiva nacional deberán decidir hoy quién será el nuevo presidente del partido, un cargo que puede convertirse en una auténtica tumba política ante la oleada de revelaciones diarias.

La última salpica ya a la familia del presidente brasileño. Según informaba ayer la prensa local, el pasado mes de enero la compañía telefónica Telemar invirtió 5 millones de reales (unos 2,1 millones de euros) en una empresa de la que es copropietario Fabio Luiz, hijo de Lula. La inversión supone que, de hecho y a través de una maraña de sociedades intermedias, el hijo del presidente se convierte en socio de una gran compañía telefónica "sin poner un real", como denunciaban ayer periódicos y revistas políticas. Por ahora Lula se mantiene por encima de las acusaciones y el martes tiene previsto abandonar el país para viajar a Francia en una visita de Estado, pero en el interior del partido comienza a apuntarse a Antonio Palocci, ministro de Finanzas y con una gran reputación, como sustituto a medio plazo de Lula, cuyo partido ganó su prestigio en las urnas y lo ha perdido en los despachos.

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José Genoino (izquierda), junto al presidente Lula, el pasado 2 de julio en São Paulo.
José Genoino (izquierda), junto al presidente Lula, el pasado 2 de julio en São Paulo.EFE

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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