La moda con fiesta

La bajada hasta el Mediterráneo de la feria alemana Bread & Butter, el acontecimiento del mercado de moda moderna más importante de Europa, ratifica la idea de que Barcelona puede seguir siendo un foco de referencia para el quehacer de la moda tanto en su parte conceptual y de diseño como comercial.

Unas 20.000 personas, según la organización, atravesaron ayer el torno de Montjuïc para saber qué se cuece en el mundo de la moda contemporánea. La media de edad de expositores, clientes y visitantes ronda escasemente la treintena, y en muchas zonas de la feria baja estrepitosamente hasta los veinte y pocos. ¿Qué quiere esto decir? El mercado de la moda está cambiando de manos y tanto la gestión como el impulso creativo se han puesto en manos de esas generaciones llamadas X, XX... "Hacía falta algo así en Barcelona", decía un chico con vaqueros y sombrero de cowboy. No es exagerado decir que Bread & Butter supone un gigantesco balón de oxígeno que acerca hasta Barcelona a los compradores, estilistas y asesores de los negocios y tiendas más cool del mundo.

"Esto sitúa a Barcelona en el mapa de la moda. Permite revisar las colecciones del año que viene", explicaba ayer Custo Dalmau, uno de los diseñadores españoles que apuesta por este encuentro.

Quizá su magia está en la manera en que concilia fiesta y negocio, porque tanto comprar como vender tienen su parte lúdica. Anoche, la primera jornada se remató con las fiestas de Pepe Jeans y Custo Barcelona, la primera en el pabellón italiano de la Fira y la segunda en el Fórum.