Decenas de 'okupas' toman un edificio de Centro terminado hace cinco años
El inmueble alberga oficinas y viviendas con electrodomésticos sin estrenar
Unas 200 personas okuparon a las ocho de la tarde del pasado martes un edificio de viviendas y oficinas, sin uso desde que fue construido hace cinco años, situado en la calle de San Bernardo, 41 (Centro). La acción ha sido organizada por varias asociaciones antiglobalización, de okupas y ecologistas para protestar contra la especulación inmobiliaria y debatir sobre otras cuestiones políticas y ambientales. Los organizadores aseguran que abandonarán el edificio el domingo, tras cinco días de actos reivindicativos.
La toma del edificio fue realizada, sin incidentes, tras romper los okupas el candado de la verja que da acceso al inmueble, distribuido en una docena de viviendas y cuatro grandes espacios acristalados de oficinas que no han llegado a ser nunca utilizados. Las obras terminaron, según varios vecinos, hace cinco o seis años. Las viviendas cuentan, incluso, con nevera, lavavajillas y otros electrodomésticos sin estrenar, aún con las pegatinas del fabricante.
"El edificio ha sido ocupado para ser nuestro centro de operaciones en estos días de protestas", explicaron ayer Ana y David, dos de los organizadores de la iniciativa. Ambos pusieron el edificio vacío como ejemplo de la especulación que denuncian. Una vivienda de 40 metros cuadrados en el barrio de Universidad, en el que se encuentra este inmueble sin habitar, cuesta entre 200.000 y 300.000 euros. El alquiler de esa misma casa no baja de los 600 euros.
El inmueble servirá de punto de partida para los "actos de protesta", el conjunto de actividades previstas por los organizadores hasta el domingo. "Cada noche celebraremos una asamblea para hacer balance de la jornada y preparar la siguiente", cuentan.La okupación del edificio de San Bernardo, 41 y los actos de protesta están perfectamente planificados por sus promotores, que incluso han creado un centro de prensa para informar a los medios de comunicación.
Ayer era el día dedicado a protestar contra "la globalización neoliberal que quieren imponer los líderes de los países más ricos del mundo estos días en la reunión del G-8 en Escocia", según explicaron. A las diez de la mañana, varias decenas de personas entraron en una oficina del BBVA en la calle de Goya para protestar contra la política empresarial de este banco en América Latina. Una vez en el interior, pusieron en escena una corta representación teatral para ilustrar "la opresión que sufren los campesinos de Chiapas, en México".
Por la tarde, los organizadores llevaron a cabo un pasacalles titulado "economía de muerte", y a las 21.30 se concentraron frente a la Embajada de México antes de volver a reunirse en asamblea en el edificio ocupado. "Este tipo de actos son los que queremos llevar a cabo estos días. Son acciones de denuncia creativas, no violentas y de desobediencia civil", contaron los okupas.
Cambio climático
El día de hoy está dedicado a la ecología, el cambio climático, la precariedad laboral y el consumo. Están previstos dos actos, uno a las diez de la mañana y el otro a las seis de la tarde, que los promotores no dan a conocer para evitar que la policía pueda impedir su realización. Mañana es la jornada destinada a denunciar la especulación inmobiliaria, y el sábado los actos previstos son contra la exclusión social, la situación de los presos y los problemas de los menores. El domingo está previsto el cierre de estas "jornadas".
Los organizadores han decidido llevar a cabo los actos esta semana por la coincidencia de la nominación olímpica -"una excusa más para los especuladores"-, la cumbre del G-8 en Escocia y el inicio, a partir de mañana, del juicio contra las personas que okuparon el Laboratorio 3 en Lavapiés.
Al mediodía de ayer, unas 50 personas estaban en el edificio ocupado, comentando la marcha de las protestas y planificando las actividades previstas.
"Por la noche, en las asambleas, nos juntamos más de 150 personas. Es el momento para poner en común las actividades del día y las que cada asociación realiza durante todo el año en su barrio o en su área de actividad", añaden los organizadores.
En la fachada del edificio, los okupas han colgado dos grandes pancartas. En una puede leerse el lema de estas jornadas de protesta: "Rompamos el silencio. Por un nuevo protagonismo social". En la otra, el mensaje es: "200.000 casas vacías. Madrid, capital de la especulación".
El edificio ocupado pertenece a una empresa denominada San Bernardo 41, la dirección postal del inmueble. "No sabemos a quién pertenece esta empresa. Lo que sí sabemos es que el edificio está vacío desde hace cinco o seis años y que el Ayuntamiento, incluso, le ha puesto alguna multa porque no paga los recibos ni se ocupa de la limpieza de los accesos", explican en el grupo de organizadores.
Los vecinos miran al edificio ocupado con una mezcla de sorpresa y recelo, aunque algunos, los más jóvenes, mostraron sus simpatías hacia los okupas. "No sé que quieren estos. Seguro que organizar alguna fiesta o hacer follón", dijo Joaquín Pereda, un vecino de 77. "A mí me parece muy bien. En este barrio sólo hay comercios y tráfico. No hay equipamientos para gente joven y los pisos están por las nubes. Ojalá conviertan el edificio en un centro cultural y juvenil, aunque sólo sea por unos meses hasta que los echen", replicó Carmen Prieto, otra vecina.
Viviendas sin estrenar
El inmueble okupado está formado por dos edificios de cuatro alturas separados por un patio interior. El primer edificio tiene fachada a la calle de San Bernardo y es el destinado a viviendas, cuatro por planta. Como todo el inmueble, ninguna de las viviendas ha sido estrenada porque la empresa propietaria no las ha sacado al mercado desde el fin de las obras, hace cinco o seis años.
Son viviendas pequeñas, estudios o pisos de una habitación, con cocina americana y de unos 35 metros cuadrados los más pequeños y unos 60 los más grandes. En el barrio, estas viviendas de obra nueva cuestan unos 6.000 euros el metro cuadrado. El alquiler se sitúa en unos 15 euros mensuales el metro cuadrado. Las oficinas ocupan el segundo edificio, situado en el interior de la manzana. Son cuatro grandes espacios diáfanos y acristalados.
El tiempo parece haberse detenido en el interior del inmueble desde la finalización de las obras. El polvo ha convertido en gris las paredes y los suelos blancos. Los electrodomésticos de las cocinas están por estrenar y aún tienen las pegatinas del fabricante.
Los ocupantes llevan a cabo sus actividades en la oficina de la planta baja y en el patio, que es donde se celebran las asambleas nocturnas. Aquí es donde al mediodía de ayer prepararon y consumieron su comida: ensalada y melón.
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