Una presentación impecable

"Ésta es la España que queremos", proclamó José Luis Rodríguez Zapatero después de que concluyera la presentación del proyecto de Madrid 2012 ante los miembros del COI. "Queremos ser una ciudad moderna, eficaz, alegre, abierta, mestiza, en la que valores como el medio ambiente y la lucha contra la pobreza estén por encima de otras cuestiones. El futuro es ése, no el terrorismo". Rodríguez Zapatero abrió el turno de intervenciones de la delegación española, una vez que la infanta Pilar hizo las presentaciones a los miembros del COI.

El presidente del Gobierno resaltó la unidad de España para impulsar el proyecto olímpico, y sus palabras sonaron rotundas y firmes. También cuando habló de terrorismo ante la pregunta que le hizo el príncipe Alberto de Mónaco. Zapatero contestó en la sala, pero luego no quiso extenderse en más comentarios. No obstante, su excusa era en sí misma una explicación: "Yo no opino sobre las declaraciones de otros jefes de Estado".

Pero ese borrón no empañó la brillante presentación de Madrid 2012, que fue la que recibió más aplausos. La emoción de Alberto Ruiz-Gallardón al hablar de Madrid y del deseo de los madrileños de organizar los Juegos en 2012. La solidez de los datos técnicos aportados por Feliciano Mayoral sobre el proyecto culminaron con una sentidas palabras pronunciadas por Manel Estiarte, Beatriz Ferrer-Salat y Gemma Hassen-Bey. Beatriz era la más nerviosa de los tres, a ella le tocaba la parte más dificil; además de hablar de su experiencia debía evocar la figura de su padre, Carlos Ferrer-Salat, quien fue presidente del Comité Olímpico Español. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero allí estaba Manel Estiarte, el ex campeón de waterpolo, que hizo gala de su aplomo para tranquilizar a Beatriz. La paralímpica Gemma Hassen-Bey, desde su silla de ruedas, contó lo importante que el deporte -la esgrima- había sido en su vida, e hizo un guiño: "Hoy es mi cumpleaños y nada me gustaría más que recibir como regalo unos Juegos Olímpicos para Madrid".

La Reina seguía atenta todo lo que pasaba en el turno de intervenciones e incluso ayudó a empujar la silla de Gemma, que estaba emocionada por la posibilidad de lograr su sueño.

Doña Sofía también fue ayer mucho más cercana, menos protocolaria. Se vistió con el uniforme de la delegación de Madrid 2012. Y su nerviosismo quedó patente porque en los primeros minutos de su intervención le temblaban las manos y tuvo que dejar los folios de su discurso apoyados sobre el atril. Pero después respiró, sonrió y habló de la experiencia que su familia tenía en el mundo del olimpismo y de cómo los valores del deporte les habían servido en muchas ocasiones. Con una sonrisa, doña Sofia se despidió en varios idiomas, aunque al final desistió de hacerlo en ruso porque no se sentía muy segura y no quería perjudicar la gran presentación que la delegación española estaba haciendo.

Tras las palabras de la Reina, la imagen de Antonio Banderas diciendo "I love you, Madrid" dio paso a una cadena de caras conocidas que invitaban al mundo entero a celebrar los juegos de la alegría. Si hubiera sido por la presentación, Madrid habría sido la ganadora en Singapur.