"Antes no éramos así"
El arzobispo Fernando Sebastián advierte contra la tentación de una Iglesia de "niños guapos" y lamenta el descrédito de lo religioso
El arzobispo de Navarra, Fernando Sebastián, dibujó ayer un panorama desolador de la sociedad española y cargó culpas en muchas direcciones: la propia jerarquía católica, algunos domesticados fieles cristianos y, sobre todo, los políticos, la prensa y el poder, que alientan con empeño un hombre a su medida: "el consumista perfecto, obediente al poder económico, y el votante dócil, obediente al poder político". Sebastián lamentó, sobre todo, el actual "descrédito de la mentalidad religiosa" causada por una secularización desbocada, y mostró su preocupación porque, al contrario que durante la transición, "ahora es cada vez más difícil establecer encuentros de diálogo entre creyentes y no creyentes".
Partidario del diálogo, del que en la anterior etapa de gobiernos socialistas fue protagonista de primera fila, el arzobispo Sebastián se preguntó contra qué Iglesia luchan ahora algunos políticos, si contra la de la etapa de la identificación con el franquismo "que ya no existe si es que alguna vez existió", porque "sería malo que la derecha de ahora fuera la de los años 30, pero Dios nos libre de que las izquierdas de hoy sean las de entonces", ironizó el prelado.
"No nos entienden"
Sebastián está a punto de jubilarse tras cumplir 75 años y es uno de los grandes pensadores de la Iglesia romana, algunos de cuyos prelados actuales fueron alumnos suyos en la Universidad Pontificia de Salamanca, de la que fue rector muchos años. También ejerció altos cargos en la Conferencia Episcopal, entre 1981 y 2005, promovido desde muy joven por el mítico cardenal Tarancón. Ayer habló largamente a jóvenes alumnos del curso que sobre La Iglesia católica hoy ha organizado en Aranjuez la Universidad Rey Juan Carlos.
Frases y sentencias como "donde no hay verdad no hay libertad", "no nos entienden", "antes no éramos así" o "algunos creen que todo lo pasado fue peor", salpicaron una conferencia entre profesoral y predicante. Y pese a sus sombríos diagnósticos, retó a la Iglesia española a ponerse de pie y a "ser positiva, afirmativa". "Hay que repetir la hazaña de los primeros evangelizadores, sólo la firmeza de los mártires pudo quebrar la prepotencia de los emperadores".
Pesimista sobre la situación de la juventud -"la vida que se ofrece a los jóvenes es tan divertida y tan mediocre como un inmenso supermercado; ellos ya no han tenido que apostatar de nada ni de nadie: no han conocido otra cosa. Estamos ya en la segunda generación de un continente en el que no amanece Dios", dijo-, el arzobispo Sebastián reclamó a los católicos que eviten "la tentación del elitismo", y clamó "contra una Iglesia de minorías y de niños guapos". "Si la Iglesia queda reducida a una minoría, que no sea por nuestra culpa. Quizás tengamos que soportar estas situaciones, pero no debemos resignarnos", dijo.
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