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Farruquito: "No sé si soy culpable o inocente"

El bailaor afirma en la primera jornada de su juicio en Sevilla que calló por miedo

"La verdad es que no sé si soy culpable o inocente". Con esta frase comenzó ayer la declaración del bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, en el primer día del juicio por el atropello que costó la vida a Benjamín Olalla en septiembre de 2003. El artista, que se enfrenta a penas de hasta ocho años de cárcel, exculpó a los otros cinco acusados en la causa y declaró que el hecho de que no se declarara autor del atropello mortal se debió al "miedo a lo que pasó, a lo que le podía pasar a mi gente o a mí y a mi carrera". No socorrió al atropellado porque, dijo, "me pareció ver que se levantaba", y contó que aquella madrugada volvió al lugar del atropello solo y pensó que "no había pasado nada".

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Farruquito, de 21 años, llegó a las nueve de la mañana a los juzgados sevillanos arropado por dos decenas de familiares. El bailaor entró en la sala de vistas a las diez y comenzó a declarar pasadas las doce y media. Tras señalar a la magistrada María Ángeles Sáez que no sabía si declararse culpable o inocente, Farruquito comenzó a explicar cómo compró el BMW que conducía el día del atropello. "Se lo compré a Gabriel, Barullo, aunque hicimos dos contratos porque el primero era amistoso y para su tranquilidad hicimos otro más formal. No sé si tenía seguro, no me paré a mirarlo". El bailaor señaló que no era el primer vehículo que tenía y afirmó que, pese a no tener carnet de conducir, tenía bastante experiencia al volante. "Antes del accidente había conducido por todos los lados y había estado apuntado a tres autoescuelas, aunque por mi trabajo no pude sacarme el carnet", declaró. Después comenzó a relatar, contestando al fiscal, lo que pasó el día del atropello mortal: "Iba con mi compadre Jorge, no sé si llovía, aunque la calle no estaba muy bien iluminada; no se veía bien el paso de cebra y no sé a qué velocidad iba, pero no podía ir muy ligero en segunda. Vi a dos vehículos parados delante de un semáforo y los rebasé por mi izquierda. Después di un volantazo y no pude esquivarlo [en referencia a Benjamín Olalla], creo que no estaba pasando por el paso de cebra". Farruquito continuó relatando que no se paró a socorrer al atropellado porque "me pareció ver que se levantaba" y porque "la gente me amenazaba". "Estaba bloqueado y lo único que quería era huir del sitio", añadió.

Tras el atropello señaló que se fue a casa y contó lo que había pasado en presencia de su hermano pequeño, Antonio Fernández, y su primo José Antonio, y que, días después, se enteró por los periódicos de que Benjamín Olalla había fallecido. "Esa misma madrugada volví al sitio del atropello solo y vi que no había nadie, creía que no había pasado nada hasta que lo leí en los periódicos", explicó. Según el artista, la noche del atropello su hermano Antonio Fernández se ofreció para autoinculparse, aunque "le dije que ni se le ocurriese". Días después contactó con un empresario malagueño, Óscar Benavente, acusado en la causa por encubrir al artista, para que "arreglase el coche porque mi hermano pequeño se había chocado contra unos cubos de basura". Farruquito señaló que nunca contó a Benavente que había atropellado a alguien pese a que unas escuchas a uno de los policías amigo de Benavente que estaba siendo investigado sobre un asunto de drogas pusieron a la policía sobre la pista de que Farruquito era el autor el atropello. En la declaración ante la policía, el bailaor sí declaró que se había puesto en contacto con Óscar Benavente y que éste le recomendó que inculpase a su hermano, aunque ayer señaló que contó eso "porque cinco policías me estaban presionado, me dijeron que Óscar había testificado contra mí y que si no hablaba iban a decir que el atropello había sido aposta". Ayer negó esto último y también señaló que nunca pensó en que su hermano se inculpara, aunque cuando lo hizo, en febrero de 2004, "me callé por miedo".

Tras la declaración de Farruquito, les tocó el turno a los policías Bernardino Rodríguez y José Miguel Álvarez, y al empresario Óscar Benavente, acusados de encubrir y de inducción al delito, aunque ninguno de ellos realizó declaraciones. El cantaor Jorge Rubio, El Canastero, que acompañaba el bailaor el día del atropello y está acusado de un delito de omisión del deber de socorro, señaló que "alguien se tiró encima del coche", que no se pararon "a socorrer al hombre porque había gente", y que se sintieron amenazados. El tío de Farruquito, Antonio Fernández Flores, acusado de un delito de encubrimiento y de inducción a la simulación de delito, declaró que nunca supo que el bailaor había atropellado a alguien hasta que lo detuvieron.

Farruquito, ayer antes de comenzar el juicio.
Farruquito, ayer antes de comenzar el juicio.GARCIA CORDERO
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