Maragall y Carod avanzan en un acuerdo sobre la reordenación territorial

Cinco días antes de la aprobación por la ponencia del informe sobre las coincidencias y divergencias de los grupos parlamentarios sobre el nuevo Estatuto catalán, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, se reunió anoche con la cúpula de Esquerra Republicana para forjar una posición común en la recta final de las negociaciones. La reunión, convocada por el presidente catalán a petición del líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, permitió un principio de acuerdo sobre la nueva división territorial de Cataluña.

Fuentes de Esquerra Republicana calificaron de "muy positivo el encuentro", que comenzó pasadas las nueve y media de la noche y no acabó hasta la una de la madrugada. Además de profundizar en la nueva división territorial que debe recoger el Estatuto, la reunión sirvió para abordar el capítulo de competencias, en el que, según las mismas fuentes, se cerró un acuerdo en 40 de los 59 puntos de este capítulo.

Además de Maragall y Carod Rovira, asistieron a la cita el primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, y su homólogo de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós. Los portavoces de ambos partidos en el Parlamento catalán, Miquel Iceta (PSC) y Joan Ridao (ERC), también participaron en la reunión, que se celebró en un domicilio particular.

El encuentro no gustó a Iniciativa per Catalunya, el único socio del tripartito que no fue invitado. Fuentes de esta formación aseguraron que la reunión sólo buscaba "dar protagonismo a Carod".

Pero las reuniones de ayer fueron sólo el preludio de una semana que vendrá marcada por las negociaciones lejos de los focos. Para hoy está previsto un encuentro entre el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura, y los ponentes del PSC, ERC e ICV para seguir cohesionando el tripartito ante la última etapa de las negociaciones.

Desde los grupos de la oposición se observa con detenimiento estas maniobras. El secretario general de Convergència i Unió, Josep Antoni Duran Lleida, se esforzó ayer en restar importancia a estos encuentros y en rebajar el papel de Esquerra Republicana en el conjunto de la negociación. Después de asegurar que Esquerra es un partido "inmaduro" y que "no está preparado para gobernar", Duran pidió a los socialistas que dejen de acusar a CiU de querer dinamitar el Estatuto.

El presidente del Partido Popular de Cataluña, Josep Piqué, en cambio, puso a CiU en el blanco de sus críticas por defender un modelo de financiación autonómica que, a su entender, puede impedir el consenso general en torno al Estatuto. Para Piqué, el modelo que defiende CiU es de aplicación "imposible" y no es más que un "arma electoral" de los nacionalistas para desmarcarse del tripartito.