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Reportaje:

Cómo pasar del quirófano al parqué

Corporación Dermoestética protagoniza la primera salida a la Bolsa española de 2005

José María Suescun, presidente de Corporación Dermoestética, rebosa satisfacción. La compañía que fundó en 1979 se estrenará en el parqué el 13 de julio. Un broche de oro para una historia empresarial que empezó en 1979, cuando Suescun y Juan Rico desembolsaron 600.000 de las antiguas pesetas para fundar en Valencia, con un capital inicial de 1,2 millones de pesetas, una red de clínicas que hoy se extiende por España, Reino Unido e Italia.

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"Creo que ha sido la única vez en mi vida que he echado la mano al bolsillo para poner dinero, porque luego ha sido el propio negocio el que ha generado los recursos suficientes para realizar todas las ampliaciones y expansiones de Corporación Dermoestética", decía el pasado miércoles un orgulloso José María Suescun, presidente de la cadena de clínicas de cirugía estética, momentos antes de explicar a un grupo de analistas bursátiles por qué la empresa que fundó en 1979 será una inversión interesante.

Un día antes, la CNMV había autorizado el folleto de la OPV de la compañía, el primer trámite de un proceso que culminará con la cotización en Bolsa, previsiblemente, dentro de once días. Será el comienzo de una nueva era para Corporación Dermoestética, que desde su nacimiento no ha perdido la dirección ascendente. Tras Valencia, en las décadas de los ochenta y los noventa, la compañía se instaló en Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza... así, hasta dibujar una red de 42 centros en toda España. En 2001 inició en Portugal su andadura internacional. En 2004 le llegó el turno a Italia, donde la compañía ha abierto 24 centros y este año desembarcó en Reino Unido, mercado en el que prefirió entrar mediante la compra de la cadena de clínicas de tratamientos oculares Ultralase, por la que pagó 42,7 millones de euros. Hoy, el anagrama de Corporación Dermoestética luce en 82 centros en cuatro países europeos, que subirán hasta 95 a finales de año, una vez abran sus puertas las clínicas en proceso de preparación.

Las condiciones de la OPV, sin embargo, no han estado exentas de debate. La compañía quiere poner en el mercado el 37,64% de su capital -ampliable hasta el 43,29% en caso de que las entidades colocadoras ejerzan su derecho de compra, o green shoe- a un precio que, de forma orientativa, indica el folleto, podría situarse entre 7,6 y 9,1 euros. Esa franja supone valorar Corporación Dermoestética entre 303 y 363 millones de euros, con un PER -ratio que mide el número de veces que la cotización contiene al beneficio por acción- de entre 172,9 y 207 veces, cuando el promedio de la Bolsa española es de 15,72 veces. Según la compañía, ese dato está desvirtuado por la caída de resultados registrada el año pasado. El beneficio neto de la compañía cayó en 2004 un 71,6%, hasta 1,7 millones de euros, según las nuevas normas contables aplicables desde principios de año, fundamentalmente a causa de los gastos de reforma y apertura de clínicas en Italia, que se saldaron con unas pérdidas de 10,4 millones de dólares en 2004 en el país transalpino. El resultado de la compañía, calculado según los principios contables tradicionales, habría sido de 2,47 millones de euros. Los ingresos de Corporación Demorestética alcanzaron los 72,66 millones de euros el año pasado, con una aumento del 14% respecto a 2003, pero un incremento inferior al 39,29% que registró ese ejercicio.

Elevado PER

Joaquín Arenas, managing director de Morgan Stanley, coordinador global de la OPV, explica que el elevado PER de Corporación Dermoestética debe analizarse desde un triple ángulo. En primer lugar, al negocio en España y Portugal, muy consolidado y generador de beneficios, le correspondería un PER de unas 15 veces. En segundo lugar, Reino Unido, que requerirá inversiones para complementar el negocio de negocio de Ultralase con la gama de servicios de Corporación Dermoestética. Por último Italia, que se encuentra en fase de lanzamiento y que será deficitaria hasta 2007, según declara la compañía en el folleto.

Tras la salida a Bolsa, Suescun, de 53 años, seguirá siendo el accionista mayoritario, con un 50,1% del capital, una vez se ejerza la green shoe. De los actuales accionistas, sólo permanecerán los fondos de capital riesgo GED, que reducen su participación del 10,11% al 6%. Saldrán el grupo Banco de Valencia y la familia Noguera, que controlan sendos paquetes del 5,06%, y el fondo de capital riesgo, Global Capital Investors, con otro 5%.

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