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Reportaje:

De Uganda a la catedral de York

John Sentamu, primer arzobispo negro de la Iglesia de Inglaterra, fue juez y tuvo que huir de su país natal, Uganda, en tiempos de Idi Amín

John Sentamu ha recorrido un camino ensangrentado por la tortura y el racismo ha recorrido desde su tierra natal, la Uganda de Idi Amín, hasta la ciudad de York, sede oficial de la segunda autoridad espiritual de la Iglesia de Inglaterra. Hasta ahora obispo de Birmingham, crítico de la guerra de Irak y abanderado de la justicia social, Sentamu se ha convertido a sus 56 años en el primer arzobispo negro del país donde se fundó el anglicanismo.

Como autoridad espiritual de York, por debajo en rango de Canterbury, controlará una vasta provincia que cubre toda la mitad norte de Inglaterra. "Es importante", dijo al celebrar su nombramiento el pasado día 17, "que la voz de la Iglesia de Inglaterra se escuche local, nacional e internacionalmente en defensa de la justicia, brindando buenas noticias a los pobres, liberando a los oprimidos".

La policía de Londres le detuvo ocho veces en seis años sólo por su color de piel

Como dicta la tradición en un país que aún no ha roto los lazos entre el Estado y la Iglesia, la reina Isabel II aprobó el nombramiento del nuevo arzobispo de York y la oficina del primer ministro Tony Blair lo comunicó oficialmente. En la práctica, los jefes de Estado y de Gobierno británicos acostumbran a aceptar sin mayores controversias al primer candidato, en un listado normalmente limitado a dos, propuesto por la Comisión de Nombramientos de la Corona, integrada mayoritariamente por representantes eclesiásticos.

Pocos anticipaban la elección de Sentamu. Casado y padre de dos hijos, ha aireado su voz contra el dominio de su Iglesia por una élite blanca y ha denunciado que la policía de Londres le detuvo ocho veces en seis años por ningún otro motivo que el color de su piel.

John Tucker Mugabi Sentamu nació en Kampala, Uganda, en 1949. El sexto de 13 hermanos, estudió Derecho en la Universidad de Makerere y ejerció como abogado y posteriormente como juez en su país natal. En 1974 huyó de Uganda ante el acoso y amenazas de los sicarios del Idi Amín. Se había negado a declarar inocente a un primo del dictador y pagó su rebeldía con una paliza que casi le mata. Una plaza en Selwyn College, de Cambridge, le sirvió de salvoconducto para salir del país junto a su mujer, Margaret. Doctorado en teología, fue ordenado en 1979.

Sentamu ha llegado muy lejos desde entonces. Inició su carrera eclesiástica como capellán de una cárcel, además de pastor de una pequeña iglesia de Londres. En 1996 ocupó el obispado de Stepney, a las afueras de la capital británica, y seis años más tarde fue nombrado prelado de Birmingham, función que desempeñaba hasta ahora. Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, celebró el nombramiento del nuevo prelado de York: "Es una persona que siempre ha combinado una pasión por compartir el evangelio con un sentido muy agudo de los problemas y retos de nuestra sociedad, particularmente en el área del racismo. Es un pastor comprometido y un orador entusiasta", señaló Williams.

Sentamu no tiene pelos en la lengua. O, según dijo Richard Frith, obispo de Hull, se le reconoce por "hablar clara y llanamente" sobre cuestiones relevantes en la sociedad contemporánea. El Gobierno laborista de Tony Blair también ha sido foco del discurso directo de Sentamu. En vísperas de la invasión de Irak, en marzo de 2003, difundió un comunicado en contra de la acción militar, que, según escribió, "no puede justificarse moralmente". "No creo que las pruebas presentadas hasta la fecha sugieren que Irak supone una amenaza inmediata a la seguridad internacional... Cuando nos encontramos al borde de la guerra, noto con tristeza que no se han dado suficientes oportunidades a la paz... Lanzar una acción militar mientras queda todavía potencial para asegurar una resolución pacífica, es un juicio erróneo y prematuro". Finalizó su homilía recordando las palabras del arzobispo católico de San Salvador, Óscar Romero, asesinado en 1979, que lleva talladas en su colorida cruz: "La paz florecerá cuando el amor y la justicia reinen en el ambiente".

El arzobispo anglicano John Sentamu, de 56 años, ante la catedral de York, en el Reino Unido.
El arzobispo anglicano John Sentamu, de 56 años, ante la catedral de York, en el Reino Unido.AP

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