Una ley pionera

La previsible aprobación el próximo jueves en el Congreso de la ley de matrimonios de homosexuales sitúa a España como el país que más derechos reconoce en el mundo a gays y lesbianas. La propuesta incluye la posibilidad de adopción conjunta, y es incluso más amplia que las actuales legislaciones de matrimonio gay de Holanda y Bélgica. En Canadá, donde el matrimonio entre homosexuales es legal en 8 de las 10 provincias, está a punto de aprobarse la ley que lo sanciona nacionalmente. En cambio, en Estados Unidos aumenta el rechazo al matrimonio (el 68%), mientras sube el apoyo a la regulación mediante leyes de parejas de hecho (el 55%).

Este modelo es el que han usado los países nórdicos, Alemania y Francia, y el que defiende ahora el PP y que es la opción tomada hasta ahora por las comunidaes autónomas, a falta de una ley estatal. En cambio, PSOE, IV, ERC, BNG, PNV, CC, CHA y parte de CiU se niegan, bajo el argumento de que se ha de dar "carta legal a lo que ya es una realidad": que gays y lesbianas conviven, tienen hijos y forman familias.

La adopción está avalada por los estudios de niños que viven con gays y lesbianas

Precisamente, Holanda aprobó el viernes la eliminación de la única diferencia entre los casados homosexuales y heterosexuales. La ley de matrimonio homosexual -la primera del mundo- fue aprobada el 12 de septiembre del año 2000 por el Parlamento holandés. El Gobierno prevé eliminar la limitación de adoptar sólo a niños del país. En cuanto a los hijos nacidos en el seno de una relación lesbiana, con una de las mujeres como madre biológica, su pareja podrá adoptar al pequeño desde el primer momento.

Al tratarse de un matrimonio civil, puede realizarse en cualquier ayuntamiento del país. El divorcio está sujeto a los mismos trámites del resto de los enlaces. Según la Oficina Central de Estadísticas holandesa, en 2004 había ya 5.751 parejas homosexuales casadas. La ley está abierta sólo a los holandeses. Los extranjeros que pretendan casarse en los Países Bajos deben contar antes con un permiso de residencia, aunque su pareja sea holandesa. La policía puede revisar dicho documento antes del enlace.

Según la propia Oficina Central de Estadística, una de cada trece del total de 5.751 parejas homosexuales ya casadas en 2004 tenía niños.Bélgica reconoce el matrimonio, pero sin adopción, aunque también este país va a eliminar esta restricción. El Parlamento belga, tras varias semanas de audiciones de expertos en la materia, se dispone a votar a favor, previsiblemente el 21 de julio, un proyecto de ley que permitirá a los matrimonios homosexuales, legales en Bélgica desde hace dos años, adoptar niños y heredar de su pareja. El proyecto, que equiparará así en derechos a las parejas gays, cuenta con el apoyo de la mayor parte del arco parlamentario. En contra de esta ampliación de derechos de los matrimonios homosexuales sólo se han manifestado los democristianos y la extrema derecha.

El Gobierno federal belga da por hecho que este proyecto de ley que tramita la Cámara Baja quedará aprobado de forma definitiva tras su paso por el Senado en septiembre próximo. Tras un largo debate ético, la primera boda homosexual se realizó en Bélgica el 1 de julio de 2003. En el primer año, hubo una boda al día.

A Holanda y Bélgica va a incorporarse España. En poco más de 25 años, el país ha pasado de perseguir la homosexualidad con la Ley de Peligrosidad Social, vigente hasta 1979, hasta la plena equiparación legal. En España la ley permitirá desde el principio la adopción sin restricciones. La reforma del Código Civil que propone el Gobierno no dice expresamente que los matrimonios gays podrán adoptar, pero no hace falta. Actualmente pueden adoptar conjuntamente los matrimonios y las parejas de hecho heterosexuales, y cualquier persona que obtenga el certificado de idoneidad. Por eso, en el momento en que una pareja gay se case, adquirirá automáticamente la posibilidad de adoptar.

La inclusión de la adopción está avalada por los estudios realizados con niños que viven en familia con gays y lesbianas. Según estos trabajos, los menores educados en hogares homoparentales no demuestran carencias afectivas, falta de autoestima o peores habilidades académicas y sociales que los demás.

La única diferencia encontrada entre los hijos que vivían con padres y madres gays o lesbianas y sus compañeros era una mayor flexibilidad a la hora de aceptar comportamientos que estuvieran fuera de los estereotipos (la plancha para las niñas y el martillo para los niños), y una mayor tolerancia hacia los homosexuales.

Además, María del Mar González, de la Universidad de Sevilla, adelantó en el Senado el lunes pasado un trabajo que estudia qué pasa con adultos que fueron criados por lesbianas o gays. El resultado también es que no hay diferencias, aunque un joven reconoció que había tenido que sufrir burlas -"nada graves"- en el colegio. González explicó que en este segundo estudio realizado con 16 jóvenes la mayoría era heterosexual (había dos que se declaraban homosexuales). Con ello contestaba a otro de los temores de quienes se oponen a la adopción: que la homosexualidad se "contagie" o "aprenda". Según dijo en el Senado el experto Javier Pérez Royo, la Constitución permite, sin que fuera la voluntad de sus creadores, los matrimonios gays. El artículo 32 dice que "el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica", pero no dice que tiene que ser "entre sí". En lo que opositores y partidarios al matrimonio están de acuerdo es que la ley no va a solucionar otros problemas, como la discriminación.

En esta información han participado José Manuel Calvo (Washington), Isabel Ferrer (Amsterdam) y Gabriela Cañas (Bruselas).