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La policía israelí cerca un hotel de Gaza ocupado por colonos radicales

El hotel Maoz Yam (Fuerte del mar, en hebreo) está en pleno corazón de la colonia israelí de Neve Dekalim, en la franja de Gaza. Por un lado, decenas de extremistas de ultraderecha, muchos de ellos armados. Por otro, los agentes de Yamam, la prestigiosa unidad de élite de la policía israelí. Tanto unos como otros son conscientes de que sus destinos se cruzarán en un enfrentamiento que se perfila como el ensayo general del plan de evacuación de las 21 colonias de la franja y 4 del norte de Cisjordania, previsto para mediados de agosto.

El hotel, recientemente restaurado y habitado por unas 30 familias de colonos y varios jóvenes solteros, se ha convertido en el símbolo de la lucha de los colonos más radicales, dispuestos a todo para evitar lo que llaman "plan de huida y destierro de la bíblica Gran Tierra de Israel".

En la noche del jueves, la policía y el Ejército israelíes habían recibido la orden de entrar en el hotel y evacuar a los inquilinos, algunos de los cuales son buscados por su participación en un reciente ataque contra palestinos. Pero los colonos recibieron un soplo y, en pocas horas, cerca de 200 jóvenes procedentes de diversas colonias y considerados como "los más peligrosos y fanáticos", se apresuraron a atrincherarse en el hotel.

"No tenemos miedo"

Itamar Ben Gvir, de 29 años, se ha convertido, como él mismo dice, en "el ministro de Asuntos Exteriores de los resistentes en el hotel". No oculta su simpatía hacia el movimiento racista Kaj, ilegalizado por las autoridades israelíes, y avisa a su "nuevo y principal enemigo", el primer ministro Ariel Sharon: "Que no intente sacarnos de aquí. Estoy seguro de que colocará francotiradores para intimidarnos, pero que no se equivoque. Nosotros no tenemos miedo. Resistiremos para darle una lección y enseñarle que está prohibido que un judío expulse de su casa a otro judío. Si vienen a evacuarnos, yo no dudaré en infringir la ley".

Ben Gvir y sus compañeros temen que esta noche, a la salida del Shabat (descanso sabático judío), las fuerzas de seguridad israelíes intenten desalojarlos por la fuerza. Incluso no descartan que se produzca "una segunda Masadá", en clara alusión a los cerca de mil judíos que en el año 73 prefirieron suicidarse en esa fortaleza, cercana al Mar Muerto, antes que rendirse al ejército romano.

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Sharon, el ministro de Defensa, Shaul Mofaz, y los altos mandos militares y policiales mantuvieron ayer intensas consultas para estudiar el espinoso desalojo. Son conscientes de que la entrada de agentes en el hotel puede provocar enfrentamientos y un derramamiento de sangre, pero consideran intolerable que un grupo de "extremistas y fanáticos" campe a sus anchas en Gaza.

Por otro lado, una facción de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado del movimiento palestino Al Fatah, asumió la autoría de dos ataques armados al sur de Hebrón, que provocaron la muerte de un joven israelí, de 17 años, y heridas a otros cuatro.

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