El bosque es una tea

Casi dos millones de hectáreas forestales, temperaturas que progresivamente han escalado hasta los 40 grados y el año más seco en más de medio siglo. La mezcla de estos tres ingredientes se traduce en una verdadera tea. El Gobierno catalán lo ha explicado de forma muy didáctica en las últimas semanas: el año 2004 arrancó lluvioso y favoreció que creciera abundante vegetación, pero a partir de junio las tormentas descendieron, el invierno fue extremadamente áspero y las plantas y los árboles se secaron con rapidez. "La vegetación se ha convertido en un material altamente combustible", afirmó esta semana el portavoz del Ejecutivo catalán, Joaquim Nadal.

De momento, para el verano aún pintan bastos. En los últimos 10 meses, los pluviómetros catalanes sólo han recogido 286 milímetros de agua de la lluvia, mientras que la media histórica en Cataluña para un periodo similar es de 658 milímetros. El Servicio Meteorológico de la Generalitat ha pronosticado lluvias para este fin de semana, pero difícilmente van a servir para humedecer de forma suficiente la vegetación de los bosques.

Sólo el 2% de los incendios de 2005 se han producido por causas naturales

Cataluña está sufriendo la escasez de lluvias más persistente desde hace más de medio siglo

"Sólo supondrán una tregua. Debería llover de forma mucho más continua para que los árboles y las plantas quedaran remojados", lamentó el coordinador de Emergencias, Santi Parés. Prueba del dramatismo de la sequía es que hasta los árboles más resistentes a la falta de agua como las encinas carrascas y el pino negral se están debilitando, según han apuntado los científicos forestales del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña.

El mapa del Plan Alfa, que sirve para desplegar a los efectivos del Departamento de Medio Ambiente, está al rojo vivo en 30 de las 41 comarcas catalanas, donde el nivel de peligrosidad por incendio es "alto". "El grado de alerta actual obliga a destinar todos nuestros efectivos a la vigilancia de las zonas forestales para controlar actividades de riesgo como tirar petardos o encender hogueras", explicó el jefe del Servicio de Prevención de Riesgos, Esteve Canyameres.

El plan para la prevención y extinción de incendios de la Generalitat ha previsto un amplio despliegue para este verano. Hay 74 puntos de vigilancia continua en todo el territorio, 6.112 personas preparadas para la extinción de incendios en los 177 parques de bomberos y 724 vehículos con cisternas cargadas de agua. A todo ello cabe añadir los cientos de voluntarios ocasionales que se ofrecen a los ayuntamientos cada vez que se declara un fuego. La Diputación de Barcelona ha contratado este año a una empresa de seguros para cubrir a estos voluntarios, que tendrán una cobertura máxima de 180.000 euros por persona.

Los comportamientos incívicos o de dejadez están detrás de la mayoría de los incendios. De los fuegos que se han producido en 2005 y cuyas causas son conocidas, sólo el 2% pueden atribuirse a causas naturales. En el 38% de los casos, los incendios estuvieron motivados por la quema de material agrícola; en el 11%, por el uso de maquinaria, y en el 12%, por trabajos forestales, hogueras y colillas mal apagadas. "La mejor prevención es que la gente aplique el sentido común", afirmó Parés. Los datos de la Generalitat apuntan, además, que el 10% de los incendios son intencionados.