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Maragall y Sócrates acuerdan impulsar las relaciones entre Cataluña y Portugal

La Generalitat negocia que el Instituto Cervantes de Lisboa imparta clases de catalán

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, estuvo ayer en Lisboa en una visita de acercamiento a las autoridades políticas y a las élites económicas y culturales portuguesas. Maragall fue recibido por el primer ministro luso, el socialista José Sócrates, almorzó con el presidente de la República, el también socialista Jorge Sampaio, y cenó con un grupo de intelectuales, periodistas, columnistas y hacedores de opinión. El objetivo de estos encuentros, en palabras de Maragall, fue intentar "crear un puente entre el Mediterráneo y el Atlántico, entre Lisboa, Oporto y Cataluña".

Según Maragall, también Sócrates manifestó el mismo interés: "Creemos que es del máximo interés que aprovechemos las circunstancias que la Unión Europea nos está facultando, que se rompan barreras y tabúes sobre esta relación entre España y Portugal y que se vaya transformando en algo más normal. Hoy ya no existen las inhibiciones de antes en establecer relaciones políticas y empresariales entre un estado y una comunidad autónoma. Ahora el juego es libre", dijo.

Son dos las prioridades del Gobierno catalán en este acercamiento a Portugal: el estrechamiento de las relaciones económicas y la promoción de la cooperación cultural, en especial en el ámbito arquitectónico. "Oporto es una capital europea de arquitectura, puede establecer una buena colaboración con la otra gran capital arquitectónica del sur de Europa, que es Barcelona", afirmó Maragall. La delegación catalana se entrevistó también con la dirección del Instituto Cervantes de Lisboa para que se impartan clases de catalán. Un proyecto que aún no tiene fecha para empezar, pero que está ya "bastante maduro", según un miembro de la delegación.

En el aspecto económico, la Generalitat promoverá un viaje de empresarios catalanes a Lisboa de tres sectores específicos: construcción, energías renovables y tratamiento de residuos. "Los empresarios catalanes, hasta ahora, no han pensado suficientemente en el interés que tiene la economía y la realidad portuguesa, muy potente, muy simétrica a la catalana en algunos sentidos", dijo Maragall en los jardines del palacio del Gobierno de Lisboa, tras su encuentro con Sócrates. Pese a las palabras del presidente de la Generalitat, la verdad es que la comunidad que más relaciones comerciales y económicas mantiene con Portugal es Cataluña, incluso más que Galicia o Extremadura, dos comunidades geográficamente más cercanas.

Maragall invitó a Sócrates a visitar Barcelona con independencia de su asistencia, en noviembre, a la cumbre euromediterránea. El presidente desayunó también con el candidato socialista a la alcaldía de Lisboa en las elecciones municipales de octubre, Manuel Maria Carrilho, para expresarle su apoyo.

Optimismo sobre el Estatut

El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, expresó ayer su optimismo respecto a los trabajos del nuevo Estatut y admitió que no le preocupa un posible retraso. "Lo importante es hacerlo y hacerlo bien, cuanto antes se pueda, seguramente, pero sin ninguna prisa", señaló. "Creo que el Estatut avanza. Las cosas están muy estudiadas, muy trabajadas, muy trilladas. Descartados la autodeterminación y el concierto, ya todo se está trasladando al terreno de la definición como nación, de la agenda concertada sobre la financiación, al terreno de la bilateralidad, de la multilateralidad. Son temas que ya están centrados como los temas importantes", concluyó el presidente catalán.

El consejero de Relaciones Institucionales, el ecosocialista Joan Saura, también consideró ayer posible acabar la redacción en ponencia a finales de julio, siempre y cuando, dijo, el PP deje de poner impedimentos. Por ejemplo, citó la petición de los populares de no trabajar por las tardes.

A pesar de las buenas palabras de Maragall y Saura, Convergència i Unió y el PSC volvieron a echarse las culpas sobre un posible freno a la aprobación de la reforma. El diputado Daniel Fernández reclamó a los nacionalistas que dediquen el mismo esfuerzo al Estatut que a impedir el matrimonio entre homosexuales. Artur Mas, por su parte, consideró "especialmente negativa" la "buena sintonía" entre el PP y el PSC.

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