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Reportaje:AUTOMOVILISMO | Escándalo en el Gran Premio de Estados Unidos

Michelin no se lo explica

La firma francesa, que invierte 700 millones anuales en investigación, sólo reconoce que tuvo errores de cálculo en Indianápolis

Michelin ni se avergüenza ni encuentra explicación al fiasco del Gran Premio de Estados Unidos del pasado domingo, en el que se vio obligado a pedir a las siete escuderías que calzan sus gomas que renunciaran a tomar la salida por no poder garantizar su seguridad. Pierre Dupasquier, su director de competición, insistió en una obviedad: los neumáticos "eran buenos", pero "no estaban adaptados a las condiciones particulares de la pista". Por su parte, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha convocado para el 29 de junio en su sede de París a los equipos cuyos monoplazas están equipados con Michelin. La FIA justificó ayer en una nota su decisión de no suspender la carrera: "Las reglas no pueden ser negociadas cada vez que un competidor trae el equipo equivocado a la carrera", explicó la FIA, que ofreció monitorizar la velocidad de los bólidos de Michelin para evitar accidentes, pero se le pidió una chicane (estrechamiento) en el circuito: "Habría sido injusto [para los que usan Bridgestone] y contrario a las reglas. No es difícil imaginar la reacción de un tribunal de haber un accidente y tener la FIA que admitir que no había seguido sus reglas y procedimientos de seguridad".

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"Trabajamos con hipótesis, pero aún no sabemos las causas de lo ocurrido", reconoció Dupasquier, quien admitió que el tipo de asfalto estriado de la pista pudo influir en que las gomas resultaran dañadas en un tramo del circuito. "Habíamos trabajado con los datos de la carrera del año pasado, pero las modificaciones de la estructura del neumático que tuvieron que hacerse para adaptarse a la nueva reglamentación [que los obliga a rodar durante mucho más tiempo] engendró una debilidad, algo que no habíamos calculado", explicó.

Michelin siguió defendiendo la decisión de recomendar la retirada a sus escuderías. "No estamos en absoluto avergonzados por nuestra decisión, aunque nosotros realmente no tenemos excusas para los aficionados y, desde luego, para los pilotos", dijo el director adjunto de competición de Michelin, Frederic Henry-Biabaud. "No teníamos otra opción", añadió; "¿cuál habría sido la reacción si hubiéramos permitido correr a los pilotos y sucede algo malo?".

La imagen de la marca, resaltaban los analistas del sector de la automoción, no sólo no puede verse afectada por este incidente, sino que incluso puede salir reforzada. En este sentido, Henry-Biabaud rechazó una renuncia de Michelin a la fórmula 1.

Tras una larga presencia en la F-1 entre 1978 y 1984, en la que sus neumáticos se alzaron con 59 victorias, consolidando un dominio casi total, Michelin se retiró para volver en 2000 y competir con la japonesa Bridgestone. Poco a poco, la mayoría de los equipos fueron pasándose al fabricante francés, razón por la que el domingo sólo Ferrari, Jordan y Minardi no calzaban sus ruedas.

La empresa francesa ganó 527 millones de euros netos en 2004, un 60% más que el año anterior, en el que se había consolidado como el líder mundial del sector, con un 20,1% del mercado, por delante precisamente de Bridgestone. Michelin se gasta cada año 700 millones de euros en investigación y desarrollo. Parte de ese dinero va a parar a la competición. La marca goza de buena salud pese al impacto de la subida del precio del petróleo, una de sus materias primas. Ayer, cuando por la mañana sus acciones bajaban hasta un 3,1% en la Bolsa de París, todos los dedos señalaron la causa: el fiasco de Indianápolis. Luego, sin embargo, cuando a media tarde cerraron con una caída de un 1,07%, los analistas apuntaron que la ligera pérdida de valor de los títulos tenía más que ver con la subida del crudo que con los neumáticos de la F-1. Especialmente, porque las acciones de Bridgestone, el gran vencedor en Estados Unidos, también experimentaron un retroceso del 0,94% en la Bolsa de Tokio.

Mecánicos de Renault, junto a varios juegos de neumáticos Michelin, antes de la carrera del domingo.
Mecánicos de Renault, junto a varios juegos de neumáticos Michelin, antes de la carrera del domingo.EFE

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