_
_
_
_
_
Reportaje:AUTOMOVILISMO | Escándalo en el Gran Premio de Estados Unidos

Tecnología punta o tres pedales

La FIA propone dar un paso atrás en 2008 para reducir los costes, que ahora ascienden a 1,5 billones de euros

"¿Por qué se están produciendo constantes cambios reglamentarios en la F-1 y los dirigentes son incapaces de marcar unas normas duraderas?" La pregunta le fue lanzada el pasado viernes, en Indianápolis, a Fernando Alonso. "Hay mucha gente y muchos intereses en torno a este deporte. Es muy difícil que todos se pongan de acuerdo. Me parece que, si llegan a aplicarse las nuevas propuestas, la F-1 dará un paso atrás muy importante. Estamos hablando de tecnología punta. Y ahora hablan de volver a los tres pedales, al cambio manual; de reducir carga aerodinámica", respondió.

La cuestión es que la FIA ha lanzado esta semana su proyecto de cambios reglamentarios para aplicar en 2008, cuando haya concluido ya el pacto de la concordia que firmaron todos los constructores. Los objetivos son cinco: seguridad, justicia, mantener a los seis grandes fabricantes, preservar la continuidad de los equipos independientes y seguir divirtiendo al público. "La cuestión", explica la FIA, "es que los costes deben ser reducidos. En los últimos tres años, la F-1 ha perdido dos equipos privados y un fabricante (Ford), que no han sido reemplazados". La inversión anual del Mundial de F-1 es de 1,5 billones de euros: "Los constructores no aceptan ser quintos o sextos. Eso ocurrirá igual si se gastan 1,5 billones, que si invierten 150. Sería mejor acercarse a esta última cifra. Las diferencias entre el primero y el último no serían tan grandes".

Más información
Michelin no se lo explica

Las nuevas propuestas deberán ser llevadas al Consejo Mundial en octubre. El cambio volvería a ser manual y las cajas de cambio y los embragues deberían ser fabricados por un solo suministrador. Se regresaría a los tres pedales y al cambio convencional. También se pretende que sólo haya un suministrador de neumáticos, pinzas, pastillas y discos de freno. Y no se permitiría el coche reserva. Se reduciría la carga aerodinámica en un 10% y los neumáticos serían lisos (slicks) en vez de tener perfil bajo como ahora. Los coches deberían contar con un arranque que les permitiera al menos ponerlos dos veces en marcha sin ayudas.

También se limitarían los entrenamientos a 30.000 kilómetros por equipo, entre enero y diciembre, y se concedería la posibilidad de adquirir un coche completo a otro fabricante.

Todo eso supondría el regreso a los años 80, cuando la F-1 no había entrado en el grado de sofisticación actual. Bajar costes les interesa a todos. Dejar de ser el espejo de la tecnología punta, no.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_