Abre en Madrid un nuevo centro de internamiento para extranjeros
Después de 17 años, el viejo y decrépito centro de internamiento de extranjeros (CIE) que funciona en Madrid dejará paso a una moderna instalación en el antiguo hospital penitenciario de Carabanchel.
Las instalaciones, que serán inauguradas esta semana por el ministro del Interior, José Antonio Alonso, tendrán capacidad para 240 inmigrantes irregulares, frente a las 60 del centro actual. Este centro comparte instalaciones con una comisaría, la del distrito de Latina, y con la sede de la Brigada de Documentación y Extranjería. Eso sí, ya nace con problemas, según los sindicatos, que echan en falta algunos servicios, como la cafetería.
La Jefatura Superior de Policía de Madrid ha tenido hasta ahora dos grandes sedes en la región: la central, de la propia jefatura, en la calle del Doctor Federico Rubio y Gali (distrito de Moncloa), y el complejo policial de Moratalaz, donde están las brigadas de Información y Seguridad Ciudadana y la comisaría del distrito, además del CIE. Por ello, el antiguo hospital penitenciario está llamado a convertirse en el tercer gran centro de esta jefatura.
Más de 500 funcionarios
En Carabanchel está previsto que trabajen más de 500 funcionarios (en su mayoría policías), ya que allí estarán la Brigada de Documentación y Extranjería, la comisaría de Latina y el CIE. Este último contará con novedades importantes. De las 240 plazas, 190 se destinarán a hombres y las 50 restantes a mujeres. Esta división es estará perfectamente separada para que no puedan comunicarse.
El centro estará distribuido en tres plantas. La de entrada estará situada a pie de calle, en lugar de en un sótano como el actual centro de Moratalaz. Contará con un gran patio en el que los internos podrán pasear o practicar algún deporte. Ahora, su único esparcimiento consiste en una sala sin ventilación natural, en la que sólo pueden ver la televisión.
Entre las quejas de los sindicatos policiales está el hecho de que el muro de separación no es muy alto y algunos internos especialmente atléticos podrían saltarlo. También desde el exterior sería factible arrojar objetos al interior para uso de los internos.
Otro problema sobre el que alertan los sindicatos es que el nuevo centro es bastante grande y que la Brigada de Documentación y Extranjería sólo dispone de 40 agentes para las funciones de vigilancia y control de los internos. "Si todos los internos se ponen a dar guerra a la vez, tendremos muchos problemas para controlar la situación", adelantan fuentes sindicales.
Comisiones Obreras ya ha enviado una carta al Ministerio del Interior en la que se queja de algunas carencias importantes del nuevo complejo policial. Entre ellas, la falta de cafetería para los 500 funcionarios que trabajarán allí.
El problema es que la reforma ha mantenido la estructura del hospital penitenciario, lo que ha desperdiciado mucho espacio en pasillos, escaleras y zonas comunes.
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