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Reportaje:

Abandonados por segunda vez

El Gobierno catalán pondrá en marcha un programa para evitar fracasos en las adopciones

No todos los procesos de adopción tienen un final feliz. Ser padre no es fácil y menos aún cuando el hijo tiene un pasado distinto y, muchas veces, desconocido que aflora y hace mella en la relación paterno-filial. Hay ocasiones en las que la convivencia familiar se vuelve insostenible y los hijos adoptivos son abandonados por segunda vez. Para evitar estos fracasos, la Generalitat de Cataluña ha creado un programa de posadopción para dar apoyo a las familias adoptantes.

Los informes acerca de las adopciones y acogidas efectuadas en Cataluña, que el Instituto Catalán de la Acogida y de la Adopción (ICAA) se encarga de tramitar, son públicos. El año pasado, la institución, dependiente del Departamento de Bienestar y Familia, registró 3.649 solicitudes de adopción en Cataluña y en otros países, y actualmente hay más de 10.000 procesos abiertos. Pero hay otros datos que no se difunden o se divulgan con la boca pequeña. Es el caso del número de adopciones que fracasan.

A pesar de que no existen estadísticas, Rosa María Bertrán, directora del ICAA, admite que cada año entre 8 y 10 niños son "devueltos a la Administración". "En lo que va de año, hemos tenido dos casos de estos, un número muy bajo", pero que, tal como admite Bertrán, "debería ser cero". La directora subraya, además, que estos datos corresponden al conjunto de fracasos que se dan en la fase previa de las adopciones nacionales y cuando el tiempo transcurrido es relativamente corto en los casos de adopción internacional.

Una vez se ha formalizado la adopción plena, el ICAA no se hace cargo de los niños, que pasan a ser responsabilidad del departamento de Atención a la Infancia y la Adolescencia. El programa piloto de la Generalitat está pensado precisamente para evitar estos fracasos. Este proyecto que la Administración llevará a cabo junto el Centro de Recursos para la Infancia y la Adopción (CRIA), dará a las familias adoptantes "un acompañamiento durante el proceso y un apoyo a los padres y también a los hijos", porque los progenitores no son los únicos que sufren. La directora del ICAA explica: "Unos más que otros, pero todos los niños tienen dentro un sentimiento de abandono que florece por momentos, por muy integrado que este el crío en su nueva familia". "Son muchos" los que acuden al ICAA "en busca de ayuda, con preguntas de todo tipo que responden tanto a dudas propias de cualquier padre como a situaciones más difíciles", dice Bertrán. La directora destaca que el servicio será voluntario y totalmente gratuito y advierte de que no se trata "de hacer terapia y sí de asesorar, acompañar y dar apoyo".

Es en el periodo de adaptación cuando los padres se topan con las primeras dificultades. Bertrán explica: "Los niños empiezan el proceso con una carga emocional muy fuerte. Han sufrido un abandono, muchos de ellos después de haber convivido con sus padres biológicos, que han pasado por un periodo de institucionalización, que en ocasiones han sufrido maltratos. Los padres se encuentran con una situación inesperada y se agobian".

Pero el fracaso de un proceso adoptivo puede estar motivado por múltiples factores. Esther Grau y Rosa Mora, psicólogas y fundadoras del CRIA, afirman que cada caso es diferente. Grau asegura que "muchas veces existen expectativas irreales por parte de los padres en cuanto a los hijos o acerca de lo que significa ser padre" y apunta que "si detrás de la adopción hay motivaciones distintas, en ocasiones ocultas, que no sean la voluntad real de tener un hijo, el riesgo de que el proceso no funcione se multiplica".

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