"En los últimos años se ha desembalsado más agua de la debida para regar y producir electricidad"
Pregunta. ¿Estamos en el inicio de un ciclo de sequía o sólo en un año malo?
Respuesta. A medida que pasan los meses parece que nos acercamos a un ciclo de sequía, pero puede cambiar de repente. El Gobierno trabaja con la hipótesis del ciclo de sequía desde hace meses. En febrero, antes de que cumplir cuatro meses de año hidrológico malo, ya trabajábamos en esa dirección. La ley del Plan Hidrológico Nacional establece que antes de julio de 2003 tenían que estar hechos los planes de prevención de sequía y no estaban ni contratados los estudios básicos. Estamos elaborando esos planes, que son complejos.
P. ¿Cuánto durará la sequía?
R. Los meteorólogos no saben al cien por cien qué va a pasar. Su previsión más esperanzadora es que siendo este año tan excepcionalmente seco, aunque estuviésemos en un periodo más largo de sequía, lo habitual o lo predecible es que el segundo año fuera algo menos seco que el anterior.
"Aunque estuviésemos entrando en un periodo de sequía, lo habitual es que el segundo año sea menos seco que el actual, que es excepcional"
"Usar agua potable para lavar el coche, sólo se entiende si el precio es tan ridículo que nos da igual. El agua aquí es más barata que en la UE"
P. ¿Hay riesgo de que a partir de septiembre haya cortes en el agua del grifo?
R. Lo que se viene haciendo hasta ahora permite tener un margen de serenidad razonable. Lo esperable es que en octubre haya lluvias. Si estamos en periodo de sequía podemos encontrarnos con menos lluvias de lo habitual. Se está notando ya el cambio climático: nuestros ríos, sin que haya sequía, llevan menos agua que hace 20 años. Vamos hacia mayor aridez. Estamos suponiendo que no va a llover en todo el verano, ni en septiembre. Muchas obras de emergencia no son sólo para este verano, algunas permanecen para hacer frente a los problemas en otoño e incluso el año que viene.
P. ¿Se puede ahorrar agua?
R. Se puede ahorrar un 20% del agua en el consumo doméstico. Si se une al 20% o 25% que se puede ahorrar en la agricultura, dependiendo de los cultivos, podemos estabilizar un nivel en los consumos que permitan tener agua suficiente en los usos urbanos y seguir manteniendo cierta actividad agrícola.
P. ¿Ha cambiado usted sus ánimos de consumo por la sequía que tiene que gestionar?
R. Parece feo que presuma de mis hábitos de consumo, pero en materia de agua hace mucho tiempo que tengo hábitos europeos.
P. Dé algún consejo.
R. Cambiar el baño por la ducha; poner grifos que impiden que salga demasiada agua; no dejar correr los grifos; poner la lavadora cuando esté llena; guardar el agua de la piscina todo el año. Son cuestiones pequeñas, pero sumadas suponen mucho ahorro.
P. Pero cada vez hay más piscinas, más campos de golf. Por mucho ahorro que haya, la demanda crece más deprisa.
R. La demanda puede crecer exponencialmente o razonablemente. Y hay más fuentes de agua. Podemos obtener más agua de la depuración y la reutilización. El agua de mar es un recurso que se va a utilizar cada vez más porque tiene una garantía total, aunque no llueva.
P. ¿Qué complicación entraña gestionar un problema tan general como éste de la sequía, en un Estado tan descentralizado como España?
R. Es complejo porque hay que convocar a la responsabilidad de todas las Administraciones. Las grandes cuencas son todavía de la Administración central. Las autonomías tienen que decidir sobre las restricciones de agua en el ámbito urbano. Hay formas de ahorro que sólo pueden salir de una norma urbanística: que toda nueva edificación lleve sanitarios eficientes o que en los jardines sólo se usen aguas residuales. Pero eso no lo puede decir el ministerio. Nosotros podemos establecer acuerdos con agricultores para restringir el agua de riego, como estamos haciendo.
P. ¿Le parecen suficientes las restricciones adoptadas en las comunidades?
R. Hasta ahora ha habido un ejercicio de responsabilidad por parte de todas las Administraciones.
P. Además de ahorrar, ¿hacen falta infraestructuras?
R. El embalse de Arenós, en Valencia, se construyó con capacidad para 130 hectómetros cúbicos de agua. El problema es que no hicieron bien los estudios geotécnicos y no tuvieron en cuenta los problemas de una ladera. Actualmente sólo caben 60 hectómetros cúbicos. El año pasado no se pudo almacenar toda el agua necesaria pese a que llovió mucho. Si hubieran almacenado 130 hectómetros, este año no habría ningún problema en Castellón. Ahora estamos reparando la ladera para usar ese embalse. Pongo este ejemplo porque la prioridad en este país ha sido hacer obra civil. El problema no es tener cuantos más embalses y más grandes, mejor, el problema es tener las infraestructuras que necesitemos, pero bien gestionadas.
P. ¿Habla del Gobierno del PP?
R. No, me refiero a la tradición de la obra hidráulica de nuestro país, que puede entenderse hace 100 años, cuando éste era un país pobre y lo único que se podía hacer es cultivar lo que fuera. Entonces había que hacer las obras con subvención de los poderes públicos. No estoy cuestionando ese esfuerzo, porque ese patrimonio hidráulico nos sirve. El problema es pensar que los problemas se resuelven manteniendo esa línea de cuantos más embalses mejor.
P. Se siguen autorizando campos de golf que se riegan con aguas subterráneas y nuevas urbanizaciones en sitios sin agua.
R. Eso no es tolerable. Hay que evaluar el uso que hacemos de nuestro territorio, qué consecuencias tiene cada uso. La reforma de la ley del Plan Hidrológico Nacional que se ha aprobado en el Congreso con el voto de todas las fuerzas políticas, salvo el PP, ha creado la exigencia de informes preceptivos de las confederaciones hidrográficas antes de cualquier cambio de uso. Nosotros no podemos prohibir el cambio de uso, pero podemos condicionarlo. Antes de cambiar el uso tenemos que decir si hay agua suficiente para ese nuevo uso o no. Y si a pesar de eso se hace, no tienen ningún derecho a utilizar el agua. Este ministerio no quiere frenar el desarrollo, pero en este país frecuentemente se confunde desarrollo con desarrollismo.
P. ¿Cómo se compagina el uso equilibrado del territorio con las 130.000 nuevas hectáreas de regadío que ha anunciado el Gobierno, algunos de ellos en el desierto de Los Monegros?
R. Los cambios de uso sean para uso residencial o para uso agrario requerirán el informe preceptivo por parte de las confederaciones. En la agricultura no sólo hay una limitación por el agua, también por el mercado, por la rentabilidad de esas producciones y por el hecho de que la Unión Europea exija que se repercuta la totalidad de los costes del agua a sus usuarios.
P. ¿Está satisfecha del control de la explotación de los acuíferos?
R. Se han cerrado pozos ilegales en Murcia, pero no estoy nada satisfecha con el control. Lo grave de esto es que tampoco parecía estar satisfecho el Ministerio de Medio Ambiente en 1998, porque ya hablaba del caos en las aguas subterráneas. Cuando el Gobierno del PP empezó a trabajar en el Plan Hidrológico Nacional, en 2000, le pedí al ministro Jaume Matas que llegásemos a un acuerdo sobre el agua en España. En este mismo despacho tuvimos una reunión un poco surrealista en la que me llegó a decir que lo que yo decía sobre las aguas subterráneas, el caos en las cuencas hidrográficas, la calidad del agua, no le importaban. Sólo le importaba saber si íbamos a votar en contra del trasvase del Ebro, porque, me dijo, 'si votáis contra el trasvase os hundiréis como partido'. Lo importante para el PP era hacer un tubo de 900 kilómetros que llevara el agua desde el Ebro hasta Almería, aunque en Almería sea mucho más barato desalar agua de mar que traer el agua.
P. Habla del trasvase del Ebro, que derogó hace exactamente un año. ¿Es más difícil defender la derogación con la sequía?
R. Sin duda. Pero los sitios con mayores restricciones en estos momentos son Cataluña y Aragón. El trasvase, según el proyecto, hoy no podría llevar ni una gota, justo cuando más se necesita. Éste es el ejemplo de lo insostenible que es pensar que uno puede desarrollarse sin límite dependiendo de otras cuencas.
P. Usted dice que el caudal del Ebro es muy bajo, pero los embalses de Mequinenza y Ribarroja, de los que iba a salir el trasvase, están hoy al 90%.
R. Esos embalses cumplen diversas funciones. Tenemos energía a través del uso de embalses hidroeléctricos. De hecho, uno de los aspectos débiles del trasvase del Ebro es que no contemplaba suficientemente sus costes, lo que hubiera significado hace unos años, tener que reducir ostensiblemente los derechos de las eléctricas. Eso no se contemplaba.
P. Insisto. ¿Cómo puede ser que los embalses estén llenos si el caudal del Ebro está muy bajo?
R. La situación de un embalse hoy depende de lo que ha llovido últimamente, pero mucho más de cómo se han gestionado y de cuánta agua han almacenado años atrás. En el Duero ha llovido un 65% de lo que ha llovido años atrás y se está aguantando muy bien porque los embalses se han llenado bastante. Hay cuencas donde casi no ha llovido y, sin embargo, hay embalses que están bastante llenos.
P. ¿Quiere decir que en invierno, con la subida de demanda eléctrica, se desembalsó demasiada agua para producir electricidad?
R. En algunos sitios nos hemos encontrado que a efectos agrícolas años atrás se ha desembalsado mucha más agua de la que se debía desembalsar.
P. ¿Y para electricidad?
R. Y para producir electricidad. En los últimos años se ha desembalsado más agua de la debida para regar y producir electricidad. Habrá que analizar para el futuro los derechos de las centrales hidroeléctricas respecto del agua, eso es mejorable. La situación del derecho de las concesiones de las presas es mejorable.
P. ¿Van a revisar también el precio del agua para ahorrar?
R. En todos los mercados influye el precio sobre la demanda. En el caso del agua hay distintos niveles de respuesta al precio. En un regadío es muy rentable, el agua es rentable aunque suba el precio. Coger agua potable para limpiar un coche sólo se entiende si el precio es tan ridículo que nos da igual. Cuando la Unión Europea establece que se tienen que recuperar todos los costes del agua, es porque entiende que no se están internalizando esos costes. Por eso nos obliga a que en 2010 carguemos en el precio el coste del agua.
P. ¿El agua en España es barata?
R. Es más barata que en el resto de países de la UE, salvo Portugal y Grecia. En muchas partes de Europa, para regar no necesitan embalses porque llueve. Es lógico que en la agricultura España pida un poco más de margen para no cargar todo el precio. Sin embargo, en países donde llueve más, el consumo humano es más austero porque los precios son altos.
P. Pero el Gobierno fue incapaz de aprobar un canon para gravar el agua.
R. El Ministerio de Agricultura pensó que teníamos que ser más gradualistas. Este ministerio no tiene ninguna obsesión recaudatoria.
P. ¿O no tiene ganas de pelearse con Agricultura?
R. Quiero dejar clara una cosa: no me siento sola en el Consejo de Ministros, como han dicho los líderes ecologistas. El esfuerzo que está haciendo este Gobierno para integrar las cuestiones ambientales en todas las políticas, no tiene precedentes. Se irá al ritmo que podamos.
P. ¿Pero se va a pelear con Agricultura para aplicar un canon que grave el agua?
R. Eso fue una propuesta que no siguió adelante porque yo...
P. ¿Se ha rendido?
R. No, no, yo no me rindo. Sé que cuando hay algo para lo que hay cinco o seis años de tiempo, los ritmos pueden ser distintos.
P. Un año después de aprobar el programa AGUA, ¿se compromete a qué esta legislatura estarán las desaladoras prometidas en funcionamiento?
R. Están previstas 20 desaladoras, que de aquí al año 2008 se pueden poner en marcha todas. Tenemos previsto licitar este mismo año un conjunto de ellas y ya hemos puesto en marcha una planta en Murcia que el PP llevaba a un ritmo, digamos pacífico.
P. ¿Las 20 desaladoras se van a hacer?
R. Pueden ser 20 ó 14 porque varias se agrupen, pero van a dar el mismo caudal de agua.
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