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VISTO / OÍDO
Columna
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Cardenales en la manifa

Si hace años me hubieran dicho que los homosexuales se iban a casar entre sí no lo hubiera creído. No entraba en mis cálculos para un mundo mejor: lo que deseaba era la abolición del matrimonio como institución, y el triunfo del amor libre. Tampoco me hubiera creído que los obispos se iban a manifestar en la calle: y va a pasar hoy mismo, y será la primera vez en la historia. No eran mejores que ahora los obispos españoles: la carta colectiva con la que apoyaban la "Cruzada" de Franco era mucho peor. Hubo alguno, como el cardenal Segura, que fue expulsado de España por faccioso y volvió con Franco, con quien también se disgustó: le parecía un liberalote. La idea de verles bajar en manifestación desde la Puerta de Alcalá hasta la Cibeles no es verosímil. Me da un poco de risa; sobre todo si les imagino sonando silbatos y cantando pareados. ¡En latín!

Algunos dicen que es un desafío a la democracia porque se manifiestan en un día de reflexión obligatoria. Creo que no debía existir ese día vacío. El sabio legislador lo hace para evitar que los colegios electorales pudieran ser campos de batalla, pero la verdad es que en esta supuesta democracia los actos electorales no despiertan pasiones. Esta vez parece que hay más calores: están del lado de quienes perdieron en marzo del año pasado, y crean movimientos pasionales. Éste de ahora es un movimiento impulsivo, visceral. De vísceras bajas. De gónadas con nombre muy repetido en el lenguaje peleón. Cierto que en la Iglesia tienen importancia y su nombre indica que son testigos, y el camarlengo debe palparlos al Papa elegido en el cónclave para asegurarse de que el Espíritu Santo no ha colado a una mujer en el solio. Si tienen tanto cuidado con las mujeres, debería parecerles mejor el matrimonio entre hombres solos, y que las serpientes femeninas se arreglen entre ellas.

En fin, digo bobadas: o sea, reflexiono. Pero veré la manifestación de los obispos, que es un estreno en la historia, creo que en la del mundo. Lo haré por televisión, para evitar algún baculazo si me da demasiada risa. Pero no me perderé el ver cómo han caído los antiguos inquisidores desde lo que fueron sus tronos hasta lo que es la manifa.

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